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Los vinos de mezcla (blends) resaltan la creatividad del enólogo y las características de las uvas

Carlos Villarraso, director técnico Félix Solís Avantis

En el apasionante mundo del vino, una práctica que ha ganado renombre y admiración en los últimos años es la creación de vinos de mezcla de variedades o zonas vitivinícolas también conocidos como blends. Estos vinos son el resultado de la cuidadosa combinación de diferentes tipos de uvas durante el proceso de vinificación.

Aunque los vinos de una sola variedad tienen su propio encanto, los blends ofrecen una dimensión única que resalta la creatividad del enólogo y las características excepcionales de las uvas. La práctica de mezclar diferentes variedades de uva para crear vinos no es nueva y tiene profundas raíces históricas. Desde tiempos antiguos, los viticultores han experimentado con la combinación de uvas con el objetivo de mejorar la calidad y la complejidad de sus vinos.

La mezcla puede equilibrar sabores, aromas y texturas, permitiendo a los enólogos crear vinos únicos y excepcionales que no serían posibles utilizando una sola variedad de uva. Cada variedad de uva aporta sus propias características únicas al blend: desde la estructura tánica hasta los aromas y sabores frutales. Al combinar variedades con diferentes perfiles, los enólogos pueden crear vinos que sean mayores que la suma de sus partes, resaltando lo mejor de cada componente.

Además, los blends ofrecen una mayor flexibilidad a los enólogos para adaptarse a las variaciones climáticas y de cosecha. Si una variedad de uva en particular no prospera en un año determinado, los enólogos aún pueden crear un vino de calidad al ajustar la composición del blend con las uvas disponibles en esa temporada, balanceando la mezcla hacia la mejor opción. Esto ayuda a mantener una cierta consistencia en la producción a lo largo de los años, lo que es especialmente valioso para las bodegas que buscan mantener la fidelidad de sus consumidores y homogeneidad en sus líneas de vinos a lo largo de los años.

Habilidad y experiencia

En cuanto a la técnica en particular, la creación de un vino blend es un proceso que requiere habilidad y experiencia por parte del enólogo. La selección de variedades, vinificación por separado según tipo de uva, cosecha o zona vitícola, fermentaciones particulares, crianza en barrica y manejo de tiempos, tostados, etc, y la decisión de las proporciones a mezclar para realzar la tipicidad de cada vino en una mezcla perfectamente equilibrada.

Lo esencial en la mezcla es encontrar un equilibrio entre los componentes. Existen blends tradicionales como tempranillo/syrah, tempranillo/garnacha o en el caso de los blancos el verdejo/sauvignon blanc, siendo el desafío en estos tiempos encontrar la armonía entre diversas variedades (tres, cuatro y hasta cinco tipos de uva) y distintas zonas de procedencia.

En estos últimos años y con más fuerza en el mercado anglosajón, los vinos de mezcla de variedades o zonas vitícolas han experimentado un resurgimiento en cuanto a popularidad. Esta tendencia se ha impulsado por varios factores. En primer lugar, la demanda de vinos sorprendentes y distintivos ha llevado a los consumidores a explorar opciones más allá de los vinos de una sola variedad.

Aventura sensorial

Los blends ofrecen una aventura sensorial que puede ser altamente atractiva para aquellos que buscan nuevos estímulos en el vino. Además, la globalización ha abierto nuevas oportunidades para la creación de blends. Los enólogos ahora pueden acceder a uvas de diferentes regiones, lo que les permite experimentar con combinaciones que resalten lo mejor de cada territorio. Esto ha dado lugar a una amplia gama de blends innovadores que ofrecen una diversidad de perfiles en cuanto a sabor y aroma.

Otra ventaja clave de los vinos de mezcla de variedades es su versatilidad en el maridaje con alimentos. La combinación de diferentes variedades puede resultar en vinos que tienen una gama más amplia de sabores, lo que los hace más adaptables a diferentes platos. Esto ha llevado a su popularidad en restaurantes, sesiones de catas maridadas y cenas gourmet, donde los comensales buscan vinos que realcen la experiencia culinaria en lugar de dominarla.

En resumen, los vinos de mezcla de variedades y zonas geográficas distintas han resurgido demostrando ser una tendencia en el mundo vitivinícola moderno. A medida que la apreciación por la creatividad y la diversidad en el vino sigue creciendo, es probable que los blends continúen desempeñando un papel destacado en la industria del vino y en las copas de los consumidores deseosos de nuevas experiencias enológicas.

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