La Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha cerrado el círculo. Desde hace unos días, cuenta con los seis primeros graduados en Enología formados exclusivamente en la institución académica regional. El logro no es anecdótico sino un reto perseguido durante muchos años por los responsables universitarios y los máximos dirigentes del asociacionismo enológico castellanomanchego que ha cumplido, finalmente, su objetivo. Formación científica de calidad, prácticas continuas y trabajo (casi) asegurado.
En un acto celebrado el pasado día 10 de mayo en la Escuela Superior de Ingenieros Agrónomos de Ciudad Real se colgaron la flamante beca del grado de Enología los jóvenes Rocío Tolosa Cebrián (Casas Ibáñez), Víctor Añover Garrido (Quintanar de la Orden), Arturo López Casas (Consuegra), Anabel Loro Durán (Fuente El Fresno), Adríán Ortega Bascuñán (Mota del Cuervo) y Mario Ortega Romero (Madridejos).
El acto de graduación, con un salón repleto de público, contó con la asistencia del rector de la UCLM, Julián Garde, el presidente de la Bodega Almazara Virgen de las Viñas, Rafael Torres Ugena, que actuó como padrino de la promoción, el director de la Escuela de Ingenieros Agrónomos, Jesús Antonio López Perales, la subdirectora de Ordenación Académica, Amaya Romero Izquierdo, el secretario Académico de la Escuela, Francisco Jesús García Navarro y el coordinador del grado de Enología, José Ramón Carrillo Muñoz, que fue el encargado de imponer la beca a los nuevos egresados.
En un futuro próximo, aún sin concretar, se podrán graduar otros cinco estudiantes de la primera promoción que aún no han leído el Trabajo Fin de Grado. La implantación de Enología en el Campus de Ciudad Real de la Universidad de Castilla-la Mancha tuvo lugar en el curso 2018-2019.
La primera promoción de Enología en la Universidad de Castilla-La Mancha la integraron 18 alumnos, de los que 11 han terminado finalmente los estudios. La cifra media de estudiantes que acceden al grado de Enología en los seis años desde su creación rondan la cifra inicial. En la sexta promoción, la de 2023-24 el número de inscritos ha sido de 17.
Menos alumnos de los esperados
El secretario Académico de la Escuela, Francisco Jesús García Navarro, afirma que estas cifras de alumnos están lejos de colmar las previsiones de los responsables del grado. Achaca fundamentalmente esta situación a la poca información que sobre este grado ofrecen los orientadores en los institutos a los alumnos que terminan el bachillerato.
Hasta ahora el grado de Enología se ha nutrido en un cincuenta por ciento de alumnos procedentes de bachillerato y otro porcentaje similar de los procedentes de los grados superiores de Enología impartidos en los centros de Formación Profesional públicos de Valdepeñas y Villarrobledo y del privado de Campo de Criptana, EFA Molino de Viento.
Francisco García no termina de entender este discreto número de alumnos para un grado que ofrece unas salidas laborales muy nítidas, sobre todo en una región necesitada cada vez más de técnicos especializados en Enología y Viticultura. El goteo de empresas vitivinícolas que se interesan por los alumnos del grado es constante, tanto para que hagan las prácticas en sus bodegas durante su etapa de formación como para trabajar indefinidamente una vez terminados sus estudios.
El ejemplo más claro de este brillante futuro profesional de los alumnos de Enología lo protagonizan los recién graduados. De los seis que han conseguido la beca, cinco ya están ejerciendo en distintas bodegas, casi todos en Castilla-La Mancha.
Rocío Tolosa y Víctor Añover
Dos de ellos, Rocío Tolosa, procedente de bachillerato y miembro de una conocida saga familiar de bodegueros de la región y Víctor Añover, que llegó a la universidad procedente de la Escuela de Formación Profesional de Campo de Criptana y actualmente adscrito al equipo enológico de Bodegas Latúe en Villanueva de Alcardete comentan algunas de sus vivencias durante los últimos cuatro años.
Rocío Tolosa, hija de Juan Miguel Tolosa, enólogo y propietario de Pagos de Familia Vega Tolosa de Casas Ibáñez, muestra su satisfacción por lo acaecido durante sus estudios, tanto a nivel de aprendizaje como de relaciones personales con sus compañeros y profesores. A estos últimos dedica grandes elogios. “Son, sobre todo, amigos”, explica, “que nos han ayudado muchísimo a lo largo de estos cuatro años y que han tenido muy en cuenta muchas de las sugerencias que los propios alumnos les hemos hecho para mejorar algunas cosas del grado”.
También valora la relación personal con el resto de compañeros y lo aprendido, tanto desde el punto de vista teórico como práctico. En este último sentido, al tratarse de la primera promoción, no han tenido mucho tiempo para aprovechar la bodega experimental que se inauguró cuando ellos ya estaban en tercer curso. De todas formas, sí han hecho prácticas casi a diario los dos últimos años.
Rocío Tolosa, además de lo mucho que ha aprendido en la bodega familiar a lo largo de su vida, hizo prácticas durante cuatro meses en la conocida bodega riojana Luis Cañas. Este año va a adquirir experiencia internacional. Se marcha al Valle de Napa en California para hacer la campaña de vendimia.
La asignatura que más le ha gustado ha sido Química Enológica, porque son las dos ramas que más le interesan y la más difícil, Fitotecnia, porque englobaba muchas materias de Agrónomos, más arduas para el estudio.
Victor Añover
Por su parte, Víctor Añover asegura que Enología le ha proporcionado la formación que necesitaba, después de haber estudiado cuatro años en Campo de Criptana, dos de grado medio en el módulo de aceite y vinos y otros dos en el superior de vitivinicultura. “Me ha abierto los ojos al mundo de la enología”, comenta, “dándome una visión más científica, más centrada en la investigación”.
La asignatura que más le ha gustado ha sido la de Análisis Sensorial y la más complicada, la de Matemáticas, algo común a todos los alumnos que procedían de Formación Profesional, menos familiarizados con esta materia que los que venían de Bachillerato.
Tanto las prácticas durante la carrera como su ingreso al mundo laboral con contrato, ha sido en Bodegas Latúe de Villanueva de Alcardete, donde comenzó allá por 2017, cuando todavía estaba en Formación Profesional. Ahora trabaja mano a mano, desde 2023, con el enólogo titular de la cooperativa, Jorge Pradillo.
Al igual que Rocío, Víctor considera la relación con el resto de alumnos y, sobre todo, con los profesores, una de las cosas más bonitas que le han pasado durante la carrera. Ambos se muestran muy orgullosos de formar parte de la primera promoción de enólogos de la Universidad de Castilla-La Mancha, la mayor región vitivinícola del mundo.