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Serge Dubois, Riccardo Cotarella y Santiago Jordi deciden repartirse la Presidencia de la UIOE

El francés Serge Dubois, el italiano Riccardo Cotarella y el español Santiago Jordi han decidido repartirse la Presidencia de la Unión Internacional de Enólogos (UIOE) instaurando un triunvirato sin precedentes en la historia de la institución fundada en 1965. La medida, aprobada en el curso de la asamblea general celebrada en Milán en la sede de la Associazione Enologi Enotecnici·Italiani (Assoenologi) el pasado día 25 de noviembre, se ha hecho efectiva, exactamente, un año después de que las asociaciones de enólogos de Argentina, Chile, Brasil y Uruguay abandonaran el organismo, tras acusar a sus responsables de llevar a cabo una gestión personalista basada en el reparto de cuotas de poder y de incurrir en irregularidades administrativas, falta de transparencia y gastos sin justificar.

La Unión Internacional de Enólogos, impulsada en los años sesenta del siglo XX, por el francés Gabriel Humeau y el español Luis Albalate, primeros presidente y secretario general, respectivamente, mantuvo durante mucho tiempo en sus estatutos la obligación de que la institución se rigiera por una Presidencia unipersonal limitada a dos legislaturas de tres años de duración, una norma de funcionamiento habitual en muchas instituciones democráticas que se aplica para intentar contrarrestar la arbitrariedad y el abuso de poder que, en ocasiones, se deriva del ejercicio temporal ilimitado de la función representativa.

Pese a ello, en el año 2008, bajo la Presidencia del italiano Giuseppe Martelli, que también había sido secretario general entre 1989 y 1999, la asamblea general creó la nueva figura de la copresidencia manteniendo, no obstante, el límite de la duración del cargo como había ocurrido hasta entonces. “Los copresidentes, los vicepresidentes, el secretario general y el tesorero son elegidos por tres años. Son reelegibles solo una vez consecutivamente”, indicaba el artículo 7 de los estatutos sociales de la UIOE aprobados el 31 de agosto de 2008 en Deidesheim (Alemania).

En diciembre de 2008, tras dos legislaturas consecutivas, Giuseppe Martelli cedió el testigo en Burdeos a Serge Dubois, que había desempeñado el puesto de secretario general desde 2002. El francés sería ratificado, igualmente, en diciembre de 2011 para el trienio 2012-2014.

Tras seis años como secretario general y seis años como presidente, Serge Dubois debía abandonar la Presidencia, de acuerdo a los estatutos que la UIOE mantuvo publicados en su web oficial http://uioe.eu/ (hasta, al menos, finales de 2019), antes de que la desactivara.

No obstante, el francés Dubois, una vez expirado legalmente su mandato, decidió aferrarse al cargo y, para ello, llegó a un acuerdo con el italiano Ricardo Cotarella, que también ambicionaba la Presidencia. Fuera con modificación estatutaria o sin ella, la asamblea general aprobó entonces una solución salomónica que consistió en que el tándem Dubois-Cotarella compartiera el poder, a sabiendas de que el francés ya había cumplido dos legislaturas consecutivas como presidente. Posteriormente, la bicefalia presidencial se reeditó en 2017, cuando la asamblea general, reunida en Florencia el 16 noviembre, coincidiendo con el 72° Congreso Nacional de la Assoenologi, confirmó los nombramientos por unanimidad.

Cuando a finales de 2020 concluyó ese mandato, Cotarella ya llevaba dos legislaturas disfrutando de los beneficios de la Presidencia de la UIOE y Dubois acumulaba cuatro (además de dos previas en la Secretaría General). En total, cerca de dos décadas de control absoluto, en una institución que se ha acostumbrado a blindar determinados puestos y a permitir que algunas personas encadenen diferentes responsabilidades de modo ininterrumpido, convirtiéndolas en cuasi vitalicias. Una entidad que no generaba ningún tipo de noticia más allá de viajes y reuniones (con los gastos pagados) de los miembros de su comité ejecutivo, sin apenas actividad conocida, que no respondía a las preguntas de la prensa y que llegó, incluso, a dejar sin funcionamiento su propia página web en una muestra de opacidad casi completa.

La asamblea general de 2020 se pospone

En noviembre de 2020, la UIOE debía haber convocado una asamblea general para renovar el comité ejecutivo, pero no lo hizo. Precisamente, en esas fechas, los presidentes de la Asociación de Profesionales en Enología y Alimentos de Argentina, Jorge Correa, la Associação Brasileira de Enologia, Daniel Salvador, la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos Enólogos de Chile, Adriana Cerón, y la Asociación de Enólogos de Uruguay, Fernando Pettenuzzo, comunicaron a la UIOE su intención de “suspender” la participación en la organización “de manera indefinida”.

En la práctica, fue un portazo histórico a la UIOE de cuatro grandes asociaciones nacionales. La Unión, más desunida que nunca, se quedaba prácticamente sin representación americana, ya que la vitivinicultura de Canadá, su último socio en el continente, se reduce a 12.000 hectáreas, lo que, comparativamente, significa 18 veces menos que Argentina, la quinta parte del viñedo de una región como Castilla y León o la mitad de la extensión de la cooperativa manchega Virgen de las Viñas de Tomelloso. Canadá es apenas una gota en el océano vitivinícola mundial.

En una carta durísima remitida a los copresidentes, miembros del Comité Ejecutivo y delegados de la UIOE así como a las asociaciones de enólogos inscritas, Correa, Salvador, Cerón y Pettenuzzo acusaban a la UIOE de estar anclada en “un esquema rígido y antiguo” que le había quitado todo tipo de relevancia y peso internacional y denunciaban que sus responsables ejercían, desde su punto de vista, una gestión personalista basada en el reparto de cuotas de poder, aplicaban un sistema deficiente de comunicaciones entre sus miembros, negaban el uso de cualquier idioma oficial distinto del francés, mostraban una absoluta falta de transparencia, incurrían en irregularidades administrativas y no justificaban debidamente los gastos.

En ese contexto, la UIOE evitó convocar la preceptiva asamblea general que, pese a la pandemia sanitaria mundial, podía haber tenido lugar telemáticamente sin ningún tipo de inconveniente. Hay que tener presente que la asamblea general de la Unión se debe celebrar antes de que finalice el primer trimestre que sigue al mandato expirado, pero el tiempo transcurrió sin que se produjera la convocatoria y sin que se renovaran, por tanto, los cargos directivos, incumpliendo así sus propios estatutos.

A lo largo de esa prórroga indebida, Serge Dubois y Riccardo Cotarella maduraron el modo de continuar en el cargo, teniendo en cuenta que el presidente de la Federación Española de Enología (FEAE) ya había manifestado en privado su intención de optar a la Presidencia. Y, efectivamente, al igual que Cotarella reclamó y consiguió su cuota de poder en 2014, el español Santiago Jordi, vicepresidente de la UIOE, reclamó y consiguió su cuota de poder en 2021, después de nueve años de travesía por el desierto, al frente de una Federación Española en constante proceso de desintegración.

La solución que los responsables de la UIOE encontraron para dar satisfacción a todas las partes fue convertir la copresidencia, hasta entonces bicéfala, en un triunvirato, lo que ha permitido a Dubois y a Cotarella mantener el control de la mesa presidencial y a Jordi sentarse a su lado.

Sin limitación de mandato

La limitación de mandato no parece ser ya de aplicación. El máximo de seis años establecido en los estatutos publicados por la propia institución hasta 2019, saltó hace tiempo por los aires. Dubois lleva 13 años al frente de la UIOE y se dispone a alcanzar los 16, a los que suma los seis años que ejerció como secretario general. En total, 22 años disfrutando de los beneficios del cargo, un auténtico régimen orgánico y presidencialista. Cotarella ha cumplido siete años como copresidente, uno más de los que autorizaban los estatutos, pero ya tiene asegurados otros tres años que sumar a su curriculum presidencial. Y Jordi, recién llegado, acaba de incorporarse al triunvirato, un mecanismo que, a la vista de los usos y costumbres de la Unión, le augura una experiencia longeva.

La descomposición de la FEAE y de la UIOE

El paulatino proceso de descomposición de la UIOE y de la FEAE se aceleró hace ocho años y, desde entonces, ha sido una gangrena irrefrenable. El episodio vivido en Milán el pasado 25 de noviembre es el último ejemplo de la precaria situación que atraviesan las dos organizaciones de enólogos creadas hace casi seis décadas.

En el caso de la Federación Española, el origen de su declive se remonta al año 2002, cuando la Asociación Catalana de Enólogos (ACE) tomó la decisión de abandonar la disciplina federativa después de mucho tiempo de tensiones y enfrentamientos. En 2013, tan solo unos meses después de la llegada de Santiago Jordi a la Presidencia de la FEAE, se escindieron, sucesivamente, la Asociación Enólogos de Rioja (AER), la más numerosa de España con alrededor de 450 miembros procedentes de La Rioja, País Vasco y Navarra, así como la mayoría de los enólogos adscritos al Colegio Oficial de Enología de Castilla-La Mancha, la mayor región vitivinícola del mundo, y el pasado mes de julio abandonó también la FEAE la Asociación Valenciana de Enólogos (AVE), otro ‘peso pesado’ del asociacionismo enológico español. Todos ellos cansados de aportar dinero a un organismo que, en su opinión, no atiende en su justa medida a los intereses de los asociados ni a las demandas de la profesión. Responsables de otras asociaciones territoriales han manifestado a esta revista una opinión similar aunque, hasta el momento, no hayan optado por la ruptura.

Hoy día, la FEAE es una institución casi residual en el ámbito nacional, ya que la mayoría de los enólogos españoles o bien forman parte de colegios profesionales y asociaciones sin vinculación alguna con la Federación o bien desempeñan su trabajo sin adscribirse a ningún colectivo asociativo. Con ese bagaje, Santiago Jordi abandonó en abril de 2021 la Presidencia de la FEAE dispuesto a dar el salto a la UIOE, tras dejar la organización nacional reducida a su mínima expresión y en manos de su hombre de confianza, el gallego Luis Buitrón.

Por su parte, la UIOE ha vivido un proceso casi paralelo de descomposición y creciente irrelevancia desde que Serge Dubois optó por aferrarse al cargo en 2014. Más allá del hecho de que la UIOE nunca ha representado a todos los países productores, ya que Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica o China, por citar algunos ejemplos, han vivido de espaldas al organismo, hay que tener presente que la escisión de Argentina, Chile, Brasil y Uruguay, concretada en noviembre de 2020, marcó un antes y después en la institución, que ha pasado a funcionar, sin ningún disimulo, más como un club privado que como una asociación democrática, abierta y plural.

Ese modo de entender la gestión organizativa y el férreo control que, de facto, han ejercido históricamente Francia e Italia sobre el resto de integrantes, ha provocado que solo cinco de los grandes países vitivinícolas formen parte de su estructura (España, Italia, Francia, Alemania y Portugal), un cada día más reducido núcleo que está acompañado por otras asociaciones cuya representatividad es muy minoritaria sino, directamente, testimonial en el concierto internacional, como son Suiza, Croacia, Grecia, Eslovenia, Canadá, Inglaterra y Japón.

La precariedad económica de la UIOE

Las ventajas que se derivan de ocupar la Presidencia de la UIOE y los cargos directivos del Comité Ejecutivo, pese a su escasa implantación y representatividad, se refieren, sobre todo, a la posibilidad de viajar ‘gratis total’ por todo el mundo (comidas, hoteles, vuelos) para asistir a eventos y reuniones con cargo al presupuesto de la organización, así como a su teórica capacidad de interlocución con instituciones y gobiernos de distinto ámbito y, por supuesto, a la facultad de disponer de una agenda  de contactos en beneficio propio o en el de la institución.

Todas esas prebendas inherentes al cargo tienen un coste económico elevado para una estructura organizativa precaria que es muy difícil de mantener si, además de tener tres presidentes en vez de uno, se registra una caída en picado del número de asociados.

Los recursos financieros de la Unión están constituidos por las contribuciones de sus miembros y, eventualmente, por subvenciones y legados, productos financieros e ingresos por inversiones o actividades civiles que le sean autorizadas. Las asociaciones y federaciones nacionales integradas deben pagar a la UIOE las contribuciones aprobadas por la asamblea general en proporción a su número de miembros. Por ello, el descenso del número de países asociados o la disminución del número de integrantes de FEAE, que ha sufrido una sangría permanente desde hace muchos años, repercute, sensiblemente, en la disminución de los recursos de la Unión.

La decisión de incorporar a profesionales que no son enólogos

Precisamente, para compensar esa pérdida de ingresos, la UIOE también ha renunciado, en la práctica, a la obligación legal de que sus miembros estén en posesión del título de enólogo. De hecho, en la asamblea celebrada en Milán el pasado 25 de noviembre se aprobó la creación de un grupo de trabajo específico “para lograr una mayor representatividad e implicación de asociaciones no integradas por enólogos”. Por tanto, la UIOE ya no exigirá que sus asociaciones estén formadas por enólogos, reproduciendo así la estrategia impulsada por Santiago Jordi para contrarrestar la caída de ingresos en España derivada de la pérdida permanente de asociados.

A este respecto, la Federación Española de Asociaciones de Enólogos aprobó un cambio estatutario en septiembre de 2019 que le permitió cambiar su denominación y pasar a llamarse Federación Española de Enología, con el objetivo directo de dar cabida no solo a los enólogos sino, al mismo tiempo, a los técnicos de Formación Profesional (especialistas en vitivinicultura y en elaboración de vinos) e, incluso, aprobar el régimen de fusión de la organización con otras entidades, una modificación controvertida que en aquel momento incumplía los estatutos sociales de la UIOE que, de acuerdo a la información contenida en su web oficial (entonces activa), obligaban en su artículo 2 a que las asociaciones nacionales integradas estuvieran “compuestas exclusivamente por personas con el título de enólogo reconocido por una ley nacional y/o que respondan a las definiciones dadas al título y las funciones del enólogo por la Organización Internacional de la Viña y el Vino”. El mismo artículo estatutario definía al enólogo “como un experto que posee las competencias adquiridas durante una formación académica específica plurianual de nivel universitario”.

Foto de familia de la reunión de la UIOE celebrada el pasado 25 de noviembre en Milán.

La asamblea general del 25 de noviembre en Milán

Por lo que se refiere específicamente a la asamblea general celebrada el pasado 25 de noviembre de Milán, fuentes internas han confirmado la renovación de todos los cargos asociativos. Junto a los tres copresidentes ya citados -Dubois, Cotarella y Jordi-, se eligió al resto de miembros del comité ejecutivo, que está compuesto por dos vicepresidentes, el francés Pierre Luis Teissedre y el italiano Emilio Renato Defilippi, además del alemán Edmund Diesler como secretario general (que ha ejercido como vicepresidente durante varias legislaturas), el suizo Simone de Montmollin como tesorero y dos auditores contables, el canadiense Richard Bastien y el austriaco Reinhard Eder.

De igual modo, el actual presidente de la Federación Española de Enología, Luis Buitrón, y la tesorera, Begoña Jovellar, desarrollarán responsabilidades en la UIOE en las áreas de concursos y relaciones estratégicas externas, respectivamente.

Grupos de trabajo y reforma estatutaria

Por otra parte, al margen de los nombramientos, los asistentes a la asamblea general celebrada en Milán decidieron impulsar grupos de trabajo específicos, comenzando por la reforma estatutaria para lograr una “mayor representatividad e implicación de asociaciones no formadas por enólogos”, un tema clave para la UIOE con el que busca incrementar los recursos financieros aunque ello implique hacer exactamente lo contrario de lo que ha defendido durante más de 50 años.

De la misma manera, se consideró oportuno iniciar un proceso que conduzca a la captación de jóvenes enólogos con la creación de una comisión ad hoc y también se prestó atención a los concursos mundiales de vinos, en los que “se considera útil contar con un representante de la UIOE a fin de garantizar el cumplimiento de las normas”, como si, actualmente, no estuvieran ya suficientemente garantizadas.

Por otro lado, la asamblea aprobó “fortalecer la comunicación” de la institución, un eufemismo que oculta la casi inexistente presencia de la UIOE en los medios de comunicación hasta la pasada asamblea de Milán. Para ello, ha sido creada una comisión presidida por Riccardo Cotarella que, de acuerdo a las mismas fuentes, tendrá la “importante tarea de promover las actividades de la Unión a través del rediseño del sitio web, las plataformas sociales y el intercambio de artículos entre las distintas revistas nacionales”.

De igual modo, la asamblea general nombró miembro de la comisión técnica de la UIOE a Paolo Brogioni, actual director de Assoenologi, y responsable de la denominada Comisión de Juventud Internacional al coordinador de la Asociación de Jóvenes Enólogos Italianos, Andrea Zanni. Finalmente, los delegados de la UIOE fueron designados dentro de las comisiones de trabajo de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV). La asamblea general aprobó, en última instancia, volver a reunirse en España, del 27 al 30 de abril de 2022, coincidiendo con la celebración de Vinespaña, el concurso de vinos que la FEAE prevé organizar en Galicia.

A continuación, se reproduce la versión original de los Estatutos Sociales de la Unión Internacional de Enólogos (UIOE), aprobados el 31 de agosto de 2008 en la asamblea general celebrada en Deidesheim (Alemania) y publicados en la página web oficial de la institución https://uioe.eu/ hasta, al menos, finales de 2019 (actualmente, inaccesible).

Constitution et buts de l’Union Internationale des Oenologues

Fuente: https://uioe.eu/statut.php# (actualmente, inaccesible)

STATUTS SOCIAUX

CONSTITUTION ET BUTS DE L’UNION INTERNATIONALE DES ŒNOLOGUES

Art. 1 – L’Union. Internationale des Œnologues – Fédération des Unions Nationales des Œnologues – est constituée pour une durée illimitée.

Elle est soumise à la loi française du 1 er Juillet 1901. Elle respecte la réglementation des Pays adhérents.

Art. 2 – Les Unions nationales adhérentes sont composées exclusivement des personnes possédant le titre d’œnologue reconnu par une loi nationale et / ou répondant aux définitions données au titre et aux fonctions de l’œnologue par l’Organisation Internationale de la Vigne et du Vin, à savoir :

L’œnologue soit défini comme un expert possédant les compétences acquises au cours d’une formation académique spécifique pluriannuelle de niveau universitaire diplômante qui lui permettent d’exercer l’ensemble des 4 métiers définis par les résolutions de l’OIV et qu’il soit capable lors des phases suivantes, de prendre en charge la majorité si ce n’est pas la totalité des tâches s’y rapportant :

Phase I : Production de raisin :

– participer à la conception, l’établissement et la gestion du vignoble dans le but d’adapter la matière première aux exigences de la production vinicole moderne et des besoins des consommateurs ; évaluer les critères de maturité et décider du moment opportun de la récolte en fonction des niveaux de maturité attendus

– évaluer les critères de qualité des matières premières réceptionnées en termes de composition et d’état sanitaire et en fonction du produit final recherché ;

Phase II : Transformation de raisin, production de vin

– participer activement à l’implantation des sites, du choix des processus et des équipements technologiques pour l’élaboration de vin et la transformation de raisins en tous types de produits

– maîtriser toutes les opérations unitaires présidant aux transformations du raisin

– sur la base du produit final recherché, sélectionner, en évaluant leurs conséquences ultérieures, les opérations unitaires nécessaires à la vinification, aux coupages, aux traitements, à l’élevage, au conditionnement et à la conservation

– élaborer des produits conformes aux pratiques œnologiques reconnues et figurant dans le code de l’OIV et selon les normes nationales du pays d’origine et internationales en vigueur

Phase III: Contrôle de la production

– procéder aux contrôles analytiques (chimiques, physiques, microbiologiques et sensoriels) du produit, à chaque niveau d’élaboration et jusqu’à la consommation

– interpréter les résultats analytiques en fonction du stade d‘élaboration et des destinations du produit

– contrôler la cohérence et l’efficacité des interventions et des processus, y compris en termes de coût

– prendre en charge l’ensemble des processus et des contrôles relatifs au management de la qualité dans le respect des normes nationales et internationales

– assurer la traçabilité du produit

– garantir la sécurité sanitaire et alimentaire du produit

– respecter l’équilibre environnemental.

Phase IV : Commercialisation et adaptation des produits au marché

– formuler des recommandations dans le domaine du marketing portant sur la désignation et la présentation du produit lors de sa mise en sur les marchés national et international

– conseiller les différents acteurs de la production à la commercialisation des produits de la vigne et agir utilement à leurs côtés

– Analyser avec le producteur et le spécialiste en marketing les résultats de ventes du produit obtenu et suggérer des changements dans le processus de production afin de répondre au mieux aux préférences révélées des consommateurs.

Phase V : Analyse

– assumer l’analyse et la synthèse de l’ensemble des données issues de sesmultiples fonctions afin de les exploiter judicieusement

– considérer les aspects éthiques, y compris les conséquences potentielles sur la santé du consommateur, économiques, sociaux, environnementaux et techniques et élaborer des propositions de mesures afin d’adapter la production aux besoins et exigences.

Art. 3 – L’Union Internationale des Œnologues a pour buts:

a) de représenter les Unions Nationales à tout niveau international;

b) d’assurer la défense professionnelle des œnologues à tout niveau et sur tous les plans;

c) de s’opposer à l’usage irrégulier du titre d’œnologue, tel que défini par l’O.I.V.;

d) de maintenir la cohésion, la solidarité et les relations confraternelles entre les Unions Nationales adhérentes;

e) d’agir et de participer à toute action en vue d’obtenir des gouvernements l’unification des pratiques œnologiques légales, des méthodes officielles d’analyse physique, chimique, microbiologique et sensorielle et de l’interprétation des résultats;

f) d’agir et de participer à toute action tendant à harmoniser dans tous les pays le niveau de connaissance requis pour l’obtention de la reconnaissance au sens de la loi du titre d’œnologue ;

g) d’agir et de participer à toute action tendant à réserver aux œnologues, dans tous les pays, la responsabilité de la prescription et du contrôle de certaines pratiques œnologiques ; de représenter et de défendre au plan international les intérêts légitimes de ses membres, en établissant et en maintenant dans chaque cas les relations nécessaires avec les organismes compétents.

DISPOSITIONS GENERALES

Art. 4 – Peuvent être membres de l’Union Internationale des Œnologues les Unions Nationales légalement constituées dans chaque pays. Une seule Union peut adhérer par pays: elle doit être constituée par le plus grand nombre d’œnologues de ce pays et en être la plus représentative.

Art. 4.1 – Les Associations nationales satisfaisant aux conditions indiquées dans l’art. 2, peuvent présenter une demande d’adhésion à l’Union Internationale des Œnologues. L’Assemblée Générale décide sur l’admissibilité. Les Associations nationales sont admises pour une durée de trois ans comme membres observateurs. A l’expiration de cette période, l’Assemblée Générale délibère sur l’admission définitive.

SIEGE SOCIAL

Art. 5 – Le siège de l’Union Internationale des Œnologues est fixé à Paris, dans un immeuble nommément désigné. La désignation de cet immeuble et son transfert à une autre adresse est de la compétence du l’Assemblée Générale.

ADMINISTRATION DE L’UNION INTERNATIONALE

Art. 6.1 – L’administration de l’Union, en matière de délibération, de décision et d’exécution, est assurée par l’Assemblée Générale composée par des délégués de chaque pays membre, en nombre variable selon l’importance numérique des Unions Nationales et fixé par le Règlement Intérieur. Les délégués doivent répondre aux caractéristiques suivantes :

a) chaque association nomme ses délégués à l’Union Internationale des Œnologues ;

b) le délégué doit exercer sa profession et avoir sa résidence dans le pays qu’il représente au moins depuis trois ans ;

c) un délégué ne peut représenter que son propre pays.

Art. 6.2 –

a) l’Assemblée Générale de l’Union Internationale des Œnologues élit en son sein les co-présidents, trois vices présidents au maximum, un secrétaire général, un trésorier ainsi que deux vérificateurs aux comptes; le Président nomme l’ordre des 3 vice présidents;

b) l’Assemblée Générale décide éventuellement de créer, pour des missions particulières, des commissions spécifiques pour lesquelles le président, qui en est membre de droit, désigne le responsable;

c) les co-présidents, les vice présidents, le secrétaire général et le trésorier constituent le Comité Exécutif qui a compétence pour régler tous les problèmes à caractère général, ainsi que pour préparer des documents et des résolutions à soumettre à l’Assemblée Générale.

Art. 7 – Les co-présidents, les vices présidents, le secrétaire général et le trésorier sont élus pour trois ans. Ils sont rééligibles à leur poste une seule fois consécutivement. Leur mandat est lié à leur appartenance à une Union Nationale, mais non au mandat qu’ils pourraient avoir au sein de celle ci.

Art. 8 – Les co-présidents sont responsables de la bonne application des Statuts et du Règlement Intérieur. Les co-présidents représentent l’Union Internationale des Œnologues en toute circonstance. Ils approuvent l’Ordre du Jour des réunions, président les Congrès et réunions. Ils contrôlent et assurent avec le trésorier les mouvements de fonds. IIs signent conjointement avec le secrétaire général les procès-verbaux des

séances. Ils veillent à l’exécution des décisions de l’Assemblée Générale.

Art. 9 –

a) en cas d’absence au d’empêchement d’un des co-présidents ou par délégation de ceux-ci, le le vice-président le remplace dans toutes ses attributions.

En cas d’empêchement du ler vice-président ou par délégation du président, le 2ème vice-président se substitue au ler ou encore pour le troisième. Si nécessaire, des délégations pourront être données à d’autres délégués avec l’accord de l’Assemblée Générale;

b) en cas d’empêchement définitif ou de démission du président, celui-ci sera remplacé jusqu’à la fin du mandat en cours et sans nouvelle élection par le ler vice-président. Dans les mêmes conditions, le ler vice-président sera remplacé par le 2ème vice-président, et même chose pour le troisième, le poste de ce dernier restant alors vacant jusqu’à la fin du mandat triennal. La même procédure sera suivie en cas d’empêchement définitif ou de démission du ler vice-président, le poste de 2éme vice-président restant encore vacant. Il n’y aura vote d’un nouveau mandat de trois ans, que dans le cas où le président; et ses vice-présidents seraient simultanément empêchés d’exercer leurs fonctions ou donneraient simultanément leur démission;

c) en cas d’empêchement définitif ou de démission du secrétaire général ou du trésorier, ils seront remplacés jusqu’à la fin du mandat en cours par délégué désigné par le Comité Exécutif;

d) le mandat triennal débute le ler janvier et se termine trois années plus tard au 31 décembre

e) l’Assemblée Générale de l’Union est convoquée pour les nouvelles élections avant la fin du premier trimestre qui suit le mandat échu;

f) le président, le secrétaire et le trésorier sortant remettent aux nouveaux élus, dans un délai de deux mois à compter des élections, tous les procès-verbaux, comptes et documents en leur possession aux nouveaux élus de l’Union Internationale des Œnologues.

Art. 10 – Le secrétaire général prépare matériellement l’ordre du jour des réunions,

procède au dépouillement de la correspondance, rédige les procès-verbaux des délibérations, assure la garde et le contrôle des archives et anime le service des traductions. Il rédige le compte-rendu moral. Il dirige, s’il y a lieu, le personnel administratif et propose à l’Assemblée Générale son engagement ou son licenciement.

Art. 11 – Le trésorier tient toutes les écritures relatives aux opérations comptables. Il lance et perçoit les cotisations, subventions et legs. Il en effectue le dépôt dans une banque désignée par le Comité Exécutif. Il règle les dépenses selon les directives du président et tient le Comité Exécutif et l’Assemblée Générale informés de la situation financière de l’Union. Une fois par an au moins, il présente les comptes, fournit un bilan, contrôlés par les commissaires aux comptes et propose les budgets de chaque exercice.

Art. 12 – L’Assemblée Générale de l’Union se réunit au moins une fois par an à l’initiative des co-présidents. Les Commissions spécifiques visées à l’Art.6 se réunissent autant de fois que nécessaire, à la diligence de leur responsable, ou, si nécessaire, à la demande des co-présidents.

Art. 13 – Toutes les fonctions électives au sein de l’Union sont bénévoles. Les frais engagés à l’occasion de ces fonctions sont remboursés dansles conditions prévues au règlement Intérieur.

Art. 14 – L’Assemblée Générale de l’Union Internationale des Œnologues a qualité pour:

1) discuter et adopter ou modifier à la majorité tout texte relatif au fonctionnement et à la discipline de l’Union Internationale des Œnologues;

2) accueillir, discuter, adopter, modifier ou rejeter toutes requêtes ou suggestions formulées par les Unions Nationales membres de l’Union Internationale des Œnologues;

3) accepter ou rejeter l’adhésion des Unions Nationales. Le Conseil exécutif de l’Union Internationale des Œnologues n’est pas tenu à justifier ses décisions;

4) exercer devant les juridictions compétentes toutes actions et tous recours pour les faits relatifs à l’intérêt collectif des Unions Nationales;

5) établir les taux des cotisations et leur périodicité, arrêter et modifier les budgets, contrôler, approuver ou rejeter les comptes et bilans;

6) émettre des avis et des vœux sur les programmes des études d’Œnologie, formuler des résolutions sur des questions et réglementations vitivinicoles;

7) promouvoir toutes études et tous échanges scientifiques et techniques au plan international;

8) délibérer sur toutes questions qu’elle estime de sa compétence;

9) désigner ses représentants au sein d’organismes et commissions internationales.

PERTE DE LA QUALITE DE MEMBRE D’UNE UNION NATIONALE

Art. 15 -Une Union nationale peut perdre sa qualité de membre de l’Union Internationale des Œnologues:

1) sur sa demande, par démission;

2) pour non-règlement de sa cotisation (retard d’un an);

3) pour non-respect des Statuts et du Règlement Intérieur;

4) pour non-conformité aux Statuts et au Règlement Intérieur;

5) pour exclusion prononcée par l’Assemblée Générale.

L’Union Nationale démissionnaire ou exclue ne peut prétendre ni à une indemnisation, ni à la restitution des cotisations,

RESSOURCES FINANCIERES DE L’UNION

Art. 16 -Les ressources financières de l’Union sont constituées par les cotisations de ses membres, versées par les Unions Nationales, éventuellement par les subventions et legs, par les produits financiers et les revenus des placements ou activités civiles qui lui sont autorisés. Les Unions Nationales versent aux époques prévues par le Règlement Intérieur le montant des cotisations décidé par l’Assemblée Générale proportionnellement au nombre d’adhérents de leur pays. L’exercice social s’entend du ler Janvier au 31 Décembre de chaque année. A la fin de chaque exercice social, le trésorier dresse le bilan, qui, après approbation des vérificateurs aux comptes, devra être approuvé par l’Assemblée Générale de l’Union Internationale des Œnologues.

DISSOLUTION

Art. 17 – La dissolution peut être prononcée par une décision de l’Assemblée Généra et prise à l’unanimité des chefs des délégations présents et ayant le droit de vote, ou en exécution d’un jugement. Un liquidateur sera désigné pour procéder à la réalisation des biens appartenant à l’Union, régler les débits et léguer le reliquat à une institution à but non lucratif désignée par l’autorité qui a prononcé la dissolution.

Approuvé à l’unanimité par l’Assemblée Générale de l’Union Internationale des Œnologues lors la réunion du 31 août 2008 qui s’est déroulée à Deidesheim (Allemagne).

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