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Protagonistas del asociacionismo enológico en España opinan sobre el cambio de estatutos aprobado por la FEAE

Ante los cambios vividos en el seno de la Federación Española de Asociaciones de Enólogos (FEAE), la revista Enólogos ha decidido pulsar la opinión de algunos protagonistas que tienen o han tenido responsabilidades representativas dentro el colectivo profesional enológico. Además de cambiar su denominación por la de Federación Española de Asociaciones de Enología, la organización que preside Santiago Jordi desde finales de 2013 modificó sus estatutos el pasado mes de septiembre para dar cabida no solo a los enólogos habilitados y titulados, como venía siendo habitual, sino también a los técnicos especialistas en vitivinicultura y en elaboración de vinos de Formación Profesional, así como a empresas y empresarios. Paralelamente, la organización ha ampliado sus fines con una clara vocación sindical para poder intervenir en “el planteamiento de conflictos colectivos de trabajo y el dialogo social”.

Han accedido a contestar el cuestionario remitido por esta revista Vicente Sánchez-Migallón Sánchez-Gil, ex presidente de Federación Española de Asociaciones de Enólogos y ex presidente de la Unión Internacional de Enólogos UIOE), Joan Miquel Canals Bosch, presidente de la Associació Catalana d’Enòlegs (ACE), decano del Col·legi d’Enòlegs i Enòlogues de Catalunya (CEEC) y decano de la Facultad de Enología de la Universidad Rovira i Virgili​ (URV) de Tarragona;  Alfonso García Cámara, presidente de la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha (AECM) (integrada en la FEAE), Fructuoso López Vaquero, ex presidente de la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha; Juan Gómez Benítez, ex presidente de la Federación Española de Asociaciones de Enólogos, ex vicepresidente de la Unión Internacional de Enólogos, ex delegado de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) y profesor honorario de la Universidad de Cádiz y Miguel Ruescas Lozano, decano del Colegio Oficial de Enólogos de Castilla-La Mancha (COECM).

Por su parte, el presidente de la Asociación Enólogos de Rioja /AER), Alberto Alcantarilla, ha declinado participar en la encuesta. Finalmente, no han respondido a la invitación cursada por esta revista Santiago Jordi, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Enología y vicepresidente de la UIOE; Luis Buitrón Barrios, vicepresidente de la FEAE y presidente de la Asociación Galega de Enólogos; Juan José Mesa Pérez, vocal de la FEAE y presidente de la Asociación Andaluza de Enólogos y Lucas Bellón Mena, presidente de la Asociación Madrileña de Enólogos y ex contador de la FEAE.

Estas son las preguntas y respuestas de los entrevistados.

CUESTIONARIO

1)  La FEAE ha modificado recientemente sus estatutos para dar cabida a todos los profesionales relacionados con la enología y no exclusivamente a los enólogos licenciados, graduados o habilitados por ley. De este modo, ya pueden formar parte de la Federación, entre otros, los técnicos de Formación Profesional especializados en vitivinicultura o elaboración de vinos, sin cualificación universitaria. ¿Cuál es su opinión sobre esta medida?

2)     El cambio estatutario aprobado por la FEAE introduce una vertiente sindical que, hasta ahora, no existía dentro de la institución, ya que, entre los fines que enumera, destaca en primer lugar “la negociación colectiva y el planteamiento de conflictos colectivos de trabajo”. ¿Qué reflexión le merece esta modificación?

3)   La integración de los técnicos de FP en la FEAE incumple los estatutos de la Unión Internacional de Enólogos (UIOE) que obligan, en su artículo 2, a que las asociaciones nacionales integradas estén “compuestas exclusivamente por personas con el título de enólogo reconocido por una ley nacional». En ese mismo artículo, la UIOE define al enólogo como “un experto que posee las competencias adquiridas durante una formación académica específica plurianual de nivel universitario que le permite ejercer las cuatro profesiones definidas por las resoluciones de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV)”. ¿En qué situación cree que queda la FEAE, en relación a la UIOE, una vez que ha decidido integrar a técnicos que ni son enólogos ni poseen formación universitaria?

4)  A lo largo de los años, la FEAE ha sufrido las escisiones de las asociaciones territoriales más representativas -Rioja y Cataluña- y, además, desde la creación de los Colegios Oficiales de Enología de Castilla-La Mancha y Cataluña en 2013 y 2014, respectivamente, ha perdido también la representatividad de los colegiados de ambas comunidades. En la actualidad, la FEAE no llega al 50% de la representación de los enólogos ejercientes en España. Dado el escenario de división del colectivo profesional y los recientes cambios estatutarios aprobados por la FEAE, ¿cuál de estos tres escenarios cree que sería el más conveniente? 1) El mantenimiento de la situación actual. 2) La creación de una organización nacional que intentara aglutinar, de nuevo, a los enólogos de toda España. 3) Alguna otra solución alternativa (especificar).

HABLAN LOS PROTAGONISTAS

Vicente Sánchez-Migallón Sánchez-Gil, ex presidente de Federación Española de Asociaciones de Enólogos y ex presidente de la Unión Internacional de Enólogos.

Alcanzó la Presidencia de la Unión Internacional de Enólogos con apenas 40 años, avalado por su gestión al frente de la Federación Española de Asociaciones de Enólogos, cargo que desempeñó durante una década a partir de 1996. Durante su gestión abanderó el reconocimiento profesional del enólogo y consiguió que en 2002 el Gobierno de España aprobara el Real Decreto que reguló la actividad profesional del enólogo, así como la de los técnicos especialistas en vitivinicultura y en elaboración de vinos. Ese logro histórico hizo posible, posteriormente, que las comunidades autónomas otorgaran a partir de 2004 las habilitaciones profesionales a cientos de profesionales que ejercían su actividad por todo el país. Impulsó, asimismo, el proceso para la consecución de un Colegio Oficial de Enólogos en toda España hasta que concluyó su mandato en 2006.

1.    Tengo mucho respeto por toda la cadena de profesionales que hay en el sector de la Enología, empezando por los agricultores y continuando por los propietarios de bodegas, los bodegueros, los sumilleres, los comerciales de vinos nacionales e internacionales, los Master of Wine, etc. Sobre la cuestión de los técnicos de formación profesional, tengo que decir que yo lo soy, además de ingeniero agrícola y enólogo. Y que muchas de los conocimientos adquiridos los aprendí durante esos estudios. Por lo tanto, tienen mi máximo respeto, pero hace unos años se dio un paso con la creación de la licenciatura universitaria de enología, lo que, sin duda, representó un gran logro. Por ello, la necesidad de tener una organización que represente la profesión de la enología reglada y que diferencie correctamente su dedicación profesional es incuestionable. Hacer ahora de dicha federación una unión de entidades, personas, etc dedicadas a la enología, es otra cosa, que no veo mal por otra parte. Pero entonces deben decir adiós a la organización de profesionales con titulación universitaria de enología (además, lógicamente, de los que se habilitaron en aquel momento después de 10 años del esfuerzo). Aquella consecución fue el resultado del trabajo que logramos llevar a cabo un equipo de personas que entonces ostentábamos la representación de la Federación Española de Enólogos y de los abogados y profesionales que contratamos para llevar a buen puerto ese objetivo.

2.     No tengo opinión, pero creo que, si es así, es un tema que va en contra incluso de los nuevos principios de lo que parece que quieren hacer.

3.     En el primer punto lo dejo claro y, de acuerdo a la información de que dispongo, es así. No tiene sentido seguir perteneciendo, lo cual me parece muy negativo.

4.    Tal como se están planteando las cosas, creo que la mejor solución sería el punto 2, además considero que la FEAE ha estado adelantándose a los acontecimientos de lo que por otra parte está ocurriendo a nivel político en España (esta desunión la he vivido yo en persona). Por ello, para mí constituiría una gran alegría que naciera una nueva organización que volviese a integrar a todos y, por supuesto, con sus especificidades en cada lugar, pero teniendo una organización fuerte, coherente y unida. Indicar para evitar suspicacias que no tengo interés en participar activamente porque mis actividades empresariales y familiares me lo impiden, pero si lo tengo que apoyar, ahí estaremos. De todas formas, espero que todo sea una confusión y quede en una situación temporal.

Joan Miquel Canals Bosch, presidente de la Associació Catalana d’Enòlegs, decano del Col·legi d’Enòlegs i Enòlogues de Catalunya y decano de la Universidad Rovira i Virgili​, de Tarragona.

Fue vocal de la Associació Catalana d’Enòlegs (ACE) con el objetivo de hacer de puente durante varios años entre los asociados y la Facultad de Enologia de la Universidad Rovira i Virgili, de la que es decano. Desde la creación del Col·legi d’Enòlegs i Enòlogues de Catalunya, en 2014, desempeñó igualmente la Vocalía bajo la Presidencia de Carles Playà y desde enero del 2018 se convirtió simultáneamente en presidente de la ACE y en decano del Colegio, culminando de ese modo una larga y compleja trayectoria con el objetivo de aunar el colectivo enológico catalán. A raíz de su elección se creó, además, la figura profesional del director de operaciones, un cargo desempeñado por Carles Playà para llegar a donde el presidente no puede.

1.    Entiendo que los técnicos no universitariios deben tener un encaje en toda la cadena de conocimiento y responsabilidad del mundo del vino, sin embargo no creo que sea esta la vía, sino que sería más partidario de mover los universitarios hacia un colegio profesional y tener la asociación para ubicar estos titulados o también empresarios, sumilleres, personal de enoturismo y todo un conjunto de profesiones que aun teniendo contacto con el mundo del vino, no son enólogos. Lo más importante es hacerlo de una forma ordenada para evitar la confusión, ya que para nosotros un enólogo es un graduado en enología y estaríamos también de acuerdo en que un enólogo podría ser un doctor en enología.

2.     Desconozco este extremo, pero imagino que todos los trabajadores tienen este derecho, aunque deben ser elegidos por el colectivo de colaboradores de la empresa.

3.     La UIOE es una asociación privada, por lo que imagino que entre ellos acordaran una postura, que debo respetar. Es más grave la posición con la OIV, ya que según su definición de enólogo, la FEAE quedaría fuera como interlocutor. 

4.     Creo que lo más adecuado sería que la FEAE creara una formula de asociado sin pleno derecho, aunque desconozco si eso es posible, ya nosotros nunca nos lo hemos planteado. Entenderá que desde el Colegio de Enólogas y Enólogos de Catalunya no queramos indicar lo que se debe hacer de un tema que afecta a un tercero que ha tomado una decisión de esta naturaleza. No obstante, el problema de raíz es laregularización de la profesión y el intrusismo profesional y, por tanto, sería la solución alternativaya que creo que en esto todos estamos de acuerdo. En las bodegas se trabaja con un alimento y, por tanto, puede haber algún problema de salubridad, aunque el contenido en etanol y los aditivos minimizan este riesgo. Hasta ahora, la administración hace caso omiso al hecho de que debe haber un responsable técnico último, ya que en la legislación actual éste es el propietario de la empresa, que no tiene la obligación de contratar a un enólogo. La eclosión de los vinos mal llamados naturales (preferiría de mínima intervención o primitivos y toda una serie de análogos puede acabar en algún desastre sanitario que quizá haga replantear las cosas a nuestros responsables políticos, que sólo reaccionan ante emergencias.    

Alfonso García Cámara, presidente de la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha

Presidente de la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha desde abril de 2016 hasta la actualidad, forma parte de la Federación Española de Asociaciones de Enólogos y del Colegio Oficial de Enología de Castilla-La Mancha. Graduado en Enología por la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, pertenece a la AECM  desde hace más de 20 años aunque también fue miembro de la Asociación Catalana de Enólogos cuando, por motivos profesionales, trasladó su residencia a Barcelona. Asimismo, colaboró desde Castilla-La Mancha en la comisión creada para a creación del Colegio Oficial de Enólogos que, finalmente, se constituyó en 2013.

1.   Desde la creación en España de los estudios universitarios de enología y viticultura coexistirán durante un tiempo los profesionales con titulación universitaria, los habilitados, y muchos con Formación Profesional que llevan ejerciendo como enólogos durante bastante tiempo. Estas figuras tenderán a desaparecer en un periodo de 10 ó 15 años y, posteriormente, solo habrá universitarios. Por esto considero que las asociaciones puedan tener a los técnicos reconocidos en el R.D, 595/2002 como asociados, No dejan de ser técnicos ecológicos reconocidos.

2.    Creo que en la redacción no se contemplaba el matiz sindical, dado que para eso ya existen otras organizaciones más adecuadas. 

3.     La relación será la misma. dado que hay asociados que no son enólogos universitarios desde siempre. Quedaron dentro de las asociaciones cuando se cerraron solamente para enólogos. Ahora se vuelve a la situación anterior. El caso italiano, por ejemplo. Parece que en Italia se pueden asociar todos los técnicos etnológicos sin diferenciación con los universitarios y constituyen la asociación de mayor representación en la UIOE.

4.   El futuro del gremio enológico en España pasa por la creación de colegios profesionales que aglutinen a los profesionales de la enología, no hay otro camino. Esto conllevará inevitablemente la creación del consejo general de colegios de enología, que deberá sustituir a la FEAE y no heredarla. Podremos tardar el tiempo que sea necesario, pero no hay otra alternativa. Las asociaciones regionales deberán estar adheridas a los colegios para generar sinergias profesionales y dar cobertura gremial a los titulados que no sean enólogos. Cualquier otra alternativa seguirá produciendo las diferencias actuales.

Fructuoso López Vaquero, ex presidente de la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha

Ha elaborado vino durante 40 años en cooperativas de grandes dimensiones y en bodegas de producción limitada, dentro y fuera de España, lo que le convierte en uno de los enólogos más veteranos y versátiles del país. Ejerció la Presidencia de la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha entre 1996 y 2004, época en la que mantuvo una estrecha relación con la Federación Española de Asociaciones de Enólogos. Desarrolló una intensa labor, primero, para conseguir el reconocimiento profesional del enólogo, después la habilitación profesional y, finalmente, el Colegio Oficial de Enología.

1.    Mi opinión al respecto es que modificar los estatutos y en ese sentido significa ir en contra de los tiempos actuales, en los que cada vez se demanda más rigor y más conocimientos científicos para hacer frente a los problemas que se van presentando de diverso índole como, por ejemplo, el cambio climático.

2.   A mi modo de ver, en una democracia avanzada y moderna como la existente en nuestro país, hay coberturas para dar respuesta a cualquier conflicto que se presentara.

3.     Quedaríamos en una situación tercermundista.

4.     Intentaría luchar por conseguir la solución 2.

Juan Gómez Benítez, ex presidente de la Federación Española de Asociaciones de Enólogos, ex vicepresidente de la Unión Internacional de Enólogos, ex delegado de la Organización Internacional de la Viña y el Vino y profesor honorario de la Universidad de Cádiz.

Presidente de la Asociación Andaluza de Enólogos durante los años 2005 y 2006 y presidente de la Federación Española de Asociaciones de Enólogos entre septiembre de 2006 y junio de 2010. Fue, asimismo, vicepresidente de la institución desde junio de 2010 a 2011. En el ámbito internacional, ocupó la Vicepresidencia de la UIOE  entre 2008 y 2011 y, a partir de ese momento, desempeñó la Secretaría hasta 2012. Posteriormente, entre 2013 y 2019, fue delegado de España en el Grupo de Expertos Formación de la Organización Internacional de la Viña y el Vino, que contribuyó decisivamente a la nueva definición de las funciones del enólogo aprobada en Bucarest (Rumania). Durante su mandato en la FEAE continuó, junto con el riojano Antonio Palacios Muro (que también presidió la FEAE), la labor iniciada por Vicente Sánchez-Migallón para la consecución de un Colegio Oficial de Enólogos en toda España.  

1.   Me parece un desastre porque la profesión de enólogo perderá la capacidad de representación e interlocución exclusiva frente a las instituciones españolas e internacionales. Además, será un paso atrás de consecuencias imprevisibles en la separación de las profesiones de enólogo y técnico especialista pues esta podrá verse igualada a la de enólogo al tener la misma representación.

2.    La FEAE no tiene ninguna experiencia en este sentido ni ninguna fuerza sobre los agentes laborales (empresas y sindicatos) para conseguir este fin. No creo que se consiga nada en este sentido.

3.      Lo previsible es que la FEAE sea expulsada de la Unión Internacional de Enólogos.

4.   En mi opinión, se debería crear una nueva organización que incluyera sólo a los titulados universitarios en enología (licenciados y graduados) porque los habilitados en su mayoría estamos ya jubilados. Esta nueva asociación debería ser la que debería reclamar la representación exclusiva de la profesión de enólogo. Habría que trasladar esta petición al Consejo de la Facultades que imparten enología para que la promuevan.

Miguel Ruescas Lozano, decano del Colegio Oficial de Enólogos de Castilla-La Mancha

Presidente de la Asociación de Enólogos de Castilla La Mancha entre 2004 y 2008 y ex vocal por esa organización territorial en la Federación Española de Asociaciones de Enólogos. Desde su constitución en 2013 hasta la actualidad, desempeña el puesto de presidente decano del Colegio Oficial de Enólogos de Castilla La Mancha, el primer colegio de enólogos que se constituyó en España. Desde su responsabilidad como presidente de la AECM trabajó, junto a su equipo, con gran dedicación para la consecución de ese objetivo que, finalmente, vio la luz en 2013, convirtiéndolo en el decano pionero de la colegiación enológica en España.

1.     Se lleva luchando por dignificar la profesión de enólogo desde 1977 con la aprobación de la Formación Profesional II, pasando por la Licenciatura en Enologia, Grado en Enologia y Habilitación. Todo ello sustentado por la Ley 50/1998 artículo 102, en la que se dice: “Se regula la profesión de enólogo para la que se exigirá el título universitario de licenciado en Enología establecido según Decreto 1875/1996”. Además, hay que tener encuentra el proceso de Habilitación que se produjo  por el R.D.595/2002, como medida excepcional. Dicho esto, no cabe otra interpretación de la de que para ser enólogo se tiene que estar en posesión de alguna de las tres “situaciones “anteriores. Por lo tanto, la medida que ha tomado la FEAE es contraria a la Ley en España y, sobre todo, a las normas de la Unión Internacional de Enólogos. Ahora bien, es ésta última la que tendrá que tener en cuenta según sus estatutos si podrán seguir perteneciendo a la misma.

2.     La vertiente sindical que se le quiere dar a esta nueva Asociación es una más de las propuestas de “reclamo» que se suelen dar para atraer a los posibles asociados. Pero en la actualidad se va por el camino de convenios colectivos de empresas o bien contratos personalizados al tratarse de personal cualificado.

3.     Como he comentado anteriormente, a día de hoy, la Federación estaría fuera de la UIOE, salvo que cambiaran sus propios estatutos y los de sus afiliados internacionales.

4.     La solución sería la que ya iniciamos en Castilla-La Mancha en los años 2008 y 2009, es decir, constituirse en Corporaciones de Derecho Público, amparadas por la Constitución, como Colegios Regionales para garantizar todas las competencias profesionales que nos otorgan las leyes anteriormente citadas ,y poder dar cumplimiento a las normativas que se aprobaron en la 11ª Asamblea General de la OIV en cuanto a las prácticas enológicas que solo pueden ser llevadas a cabo por un enólogo titulado.

Todo  lo anteriormente expuesto me lleva a tres  reflexiones: En primer lugar, es un movimiento con el propósito de aumentar los afiliados, que lleva a torpedear todo lo hecho por anteriores personas con el fin de “dividir y confundir”. En segundo lugar, parece perseguir más un objetivo de pura economía que un intento de solucionar la «cuestión asociación o colegio profesional». Y, en tercer lugar, lo verdaderamente importante, aquello por lo que deberíamos luchar todos es porque en cada cooperativa, bodega o instalación vitivinícola haya un enólogo titulado por ley, que sea el responsable de todas las prácticas enológicas y sanitarias del producto final, ante nuestros mercados nacionales. internacionales y nuestro consumidor final ,cumpliendo la legislación vigente.

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