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Pablo Díaz-Pintado.

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Decálogo contra el vino

Ingrediente fundamental de la dieta mediterránea, parte indisoluble de la cultura española y alimento natural y saludable cuando es consumido con moderación según numerosos estudios científicos, el vino sufre desde hace años un ataque sistemático que busca criminalizarlo y colocarlo en el mismo plano que el tabaco, la cocaína y otras drogas de diseño, con el claro objetivo de provocar su marginación, favorecer su estigmatización social y, en definitiva, socavar su prestigio para disminuir su consumo. El vino es y ha sido siempre un alimento que ha formado parte de la dieta mediterránea y que ha gozado de un evidente componente hedonista. La droga es y ha sido siempre una sustancia tóxica creada con una finalidad adictiva y estupefaciente. Dos realidades completamente diferentes que, a menudo, se confunden de manera interesada. 

El sector del vino en España cuenta con más de 4.000 empresas elaboradoras, genera 427.000 empleos, factura más de 5.300 millones de euros, exporta a 189 países y produce alrededor de 40 millones de hectolitros anuales, lo que lo sitúa en el podio internacional junto a Italia y Francia, de acuerdo a la información publicada por la Federación Española del Vino (FEV). El mundo vitivinícola aguanta las embestidas, a caballo entre el silencio indignado, por miedo a las represalias, y la resistencia activa que llevan a cabo bodegas particulares y cooperativas, además de entidades privadas y públicas.

La estrategia de acoso y derribo

La estrategia de acoso y derribo contra el sector vitivinícola está financiada principalmente por el Gobierno central y ejecutada a través de iniciativas parlamentarias y de acciones desarrolladas por distintos ministerios y entidades que se nutren, fundamentalmente, con cargo a los Presupuestos Generales del Estado.

El vino se presenta a la sociedad como una droga legal perniciosa y adictiva, en vez de como un alimento natural saludable que se debe consumir con moderación y responsabilidad. Al mismo tiempo que se subraya su carácter nocivo en los medios de comunicación, se intentan ocultar sus propiedades beneficiosas para desterrarlo de los hábitos alimenticios cotidianos. Simultáneamente, se busca convalidar y normalizar la venta, producción y consumo de sustancias, hasta ahora, ilegales. Del mismo modo, se provoca su expulsión de la dieta mediterránea oficial y se pretende etiquetar, en cambio, como producto con efectos cancerígenos. Todo ello no es incompatible con el hecho de que sus detractores sigan disfrutando del vino o que concedan al sector elaborador determinadas ayudas. El sector vitivinícola sigue siendo muy popular en este país y está presente en la mayoría de los hogares españoles, además de conservar gran protagonismo en las relaciones sociales cotidianas y en las celebraciones más significativas. Al vino se le apoya… mientras se minan sus cimientos.

El siguiente decálogo no agota la batería de medidas orquestada para debilitar el consumo de vino en España y potenciar o justificar, en cambio, el empleo de determinadas sustancias estupefacientes, pero pone de relieve, de manera inequívoca, las prioridades que existen en el Gobierno y las contradicciones en que está inmerso.

La ministra de Sanidad, Carolina Darias.

El decálogo

1. El vino es una droga, no un alimento natural (Encuesta de Alcohol, Drogas y Otras Adicciones en España del Ministerio de Sanidad)

La Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, dependiente del Ministerio de Sanidad, publica bienalmente desde 1995 la denominada Encuesta de Alcohol, Drogas y Otras Adicciones en España, con el objetivo de conseguir información que permita diseñar y evaluar políticas dirigidas a prevenir el consumo de drogas y otras adicciones y los problemas asociados a estas conductas.

En la información resumen publicada por el Ministerio de Sanidad (descargar o acceder al PDF Encuesta Ministerio de Sanidad 2019-2020 unas líneas más abajo) se hace constar que el vino es la segunda bebida alcohólica más consumida entre la población de 15 a 64 años  (solo por detrás de la cerveza) y, asimismo,  se destaca que el alcohol tiene la mayor prevalencia dentro del apartado «Consumo de drogas”, por delante del tabaco, cannabis, cigarrillos electrónicos, cocaína, éxtasis, hipnosedantes, alucinógenos, anfetaminas, speed, y setas mágicas, entre otros.

La encuesta del Ministerio de Sanidad presenta el vino como una mera droga legal que forma parte, de manera indiscriminada, del grupo de bebidas alcohólicas sin ninguna mención respecto a su consideración como “alimento natural” (según la definición de la Ley de la Viña y el Vino de 2003) ni a sus efectos saludables cuando es consumido con moderación, tal y como evidencia abundante bibliografía científica.

Los máximos responsables políticos de la encuesta y del informe subsiguiente son Salvador Illa Roca, que desempeñaba el cargo de ministro de Sanidad en el momento de su elaboración, la actual ministra de Sanidad, Carolina Darias San Sebastián, que no ha rectificado su contenido, y el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Juan Ramón Villalbí Hereter.

2. El vino es peligroso, pero si quieres esnifar droga “pica bien tu raya” (Guías financiadas por el Ministerio de Sanidad sobre uso de drogas esnifadas, consumo “seguro” de metanfetamina fumada, sesiones de sexo y drogas (chemsex) y sexo con drogas inyectadas (slamming))

El mismo Ministerio de Sanidad que cataloga el vino como droga legal y considera su consumo peligroso y perjudicial al incluirlo indiscriminadamente en la Encuesta de Alcohol, Drogas y Otras Adicciones en España, publica en su página web oficial una serie de guías y fichas divulgativas, cuya autoría corresponde al Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt España), en las que no solo no cuestiona ni desincentiva el consumo de drogas (muchas de ellas, ilegales y, por tanto, punibles) sino que da consejos sobre su utilización para conseguir “una experiencia placentera y euforizante”. 

En este sentido, el Ministerio de Sanidad informa detalladamente, entre otras cuestiones, sobre el “chemsex” (prácticas sexuales bajo los efectos de las drogas, a menudo a lo largo de varias horas o días), el “slamming” (consumo de drogas por vía intravenosa antes y/o durante las sesiones de sexo), el consumo “seguro” de metanfetamina fumada y recomendaciones acerca de cómo esnifar drogas “sin riesgos”. Se trata solo de algunos de los contenidos incluidos dentro del programa de reducción de riesgos y daños asociados al consumo de drogas en personas con el VIH o en riesgo de adquirirlo.

Sn ánimo de agotar el tema y solo a título demostrativo, las guías del departamento que dirige la ministra Carolina Darias facilitan información y fichas divulgativas ilustradas como la siguiente: “Educa Salud – Hoy hablamos de cómo esnifar drogas sin riesgos. Nº de ficha VIH026 / Fecha última actualización: 05/09/21”.Tras el encabezamiento, la ficha destaca ocho puntos de interés en letras mayúsculas coloreadas en rojo sobre fondo negro: “Pica bien tu raya”, dice para comenzar. E, inmediatamente después, añade: “Si consumes drogas esnifadas (por la nariz) como el speed, la cocaína o la mefedrona es conveniente que antes de todo prepares bien la sustancia (…). Muchas de las drogas pueden venir en forma de «roca’, por lo cual hay que machacarlas para convertirlas en polvo (…)”. Tras ese primer punto mencionado, la información avalada por el Ministerio de Sanidad añade una segunda consideración. “Haz bien tu raya”, sostiene. “Si estas con más gente”, indica, “a la hora de hacer y preparar las rayas en un plato y bandeja, nunca utilices para ello tu tarjeta de crédito. Puedes colocarte demasiado y alguien robártela o coger tus datos y hacer gastos a tu tarjeta de crédito. Utiliza otro tipo de tarjeta”.

La información del departamento de Sanidad continúa con un tercer punto. “Utiliza tu propio rulo”, afirma de modo imperativo. “Cuando vayas a consumir la sustancia”, sostiene, “necesitarás un rulo para esnifar. El rulo puede ser una pajita, un rulo con un billete de 5 ó 10 euros o también existen rulos metálicos diseñados para esnifar drogas”. “Lo importante”, subraya la ficha publicada en la web del Ministerio de Sanidad, “es que siempre utilices tu propio rulo (…)”. Los puntos que completan la ficha tienen los siguientes encabezamientos: “Utiliza una superficie limpia”, “Cada raya por su lado”, “Alterna las fosas nasales», “Cuida tu nariz” y “Hazte cada seis meses la prueba de hepatitis C”.

El esfuerzo divulgador del Ministerio de Sanidad sobre el consumo de drogas, a menudo ilegales, con un supuesto ánimo preventivo, contrasta con la ausencia de información específica respecto al consumo de vino, un alimento básico de la dieta mediterránea, con miles de años de historia, para el que reserva la consideración de simple “droga legal”.

Enlace del Ministerio de Sanidad para acceder a la información: https://www.sanidad.gob.es/ciudadanos/enfLesiones/enfTransmisibles/sida/chemSex/home.htm

Enlace específico para acceder a las guías del Ministerio de Sanidad sobre recomendaciones para el consumo de drogas, chemsex y slamming: http://www.sidastudi.org/es/search?signatura=08.04.10&search=signatura

3. El vino es la droga legal que más se consume en España (RTVE dixit)

El servicio público de radio y televisión de España emitió el día 14 de diciembre de 2020 una información, dentro del telediario de las tres de la tarde, en la que afirmó que el vino es “la droga legal que más se consume en España”. La noticia, basada en la citada Encuesta sobre Alcohol, Drogas y Otras Adicciones, realizada por el Ministerio de Sanidad, presentó el vino como la droga más consumida por los españoles ignorando, como ignora la propia encuesta, su definición legal como alimento natural y sus ya referidos efectos saludables, de acuerdo a una parte de la comunidad científica. Lejos de introducir algún matiz explicativo apoyado en evidencias científicas para que el telespectador pudiera contextualizar la información, optó por asociar directamente el consumo de vino a la drogadicción mediante imágenes y testimonios sesgados y unilaterales. La repercusión de la información, emitida en la primera edición del telediario de Televisión Española y replicada en otros muchos medios de comunicación, provocó un grave daño reputacional al sector vitivinícola en general y a las bodegas españolas en particular y, consecuentemente, un perjuicio económico y de imagen.

La presidenta de RTVE y administradora provisional única en el momento de la emisión de la información era Rosa María Mateo, que nunca pidió disculpas ni rectificó la información. Muy al contrario, la mantuvo accesible en internet pese a los errores contenidos. En marzo de 2021, el Congreso de los Diputados ratificó un acuerdo entre el PSOE  y el PP para que José Manuel Pérez Tornero sustituyera en el puesto a Rosa María Mateo. Desde entonces, el nuevo responsable del ente público ha mantenido, igualmente, la información de modo accesible en internet, en el enlace de RTVE play Telediario 1 https://www.rtve.es/alacarta/videos/telediario/encuesta-alcohol-drogas-sanidad/5738285/

https://www.rtve.es/alacarta/videos/telediario/encuesta-alcohol-drogas-sanidad/5738285/

4. El vino no tiene sitio dentro de la “pirámide de la dieta mediterránea”

La Fundación Dieta Mediterránea fue creada en 1996 por la Asociación para el Desarrollo de la Dieta Mediterránea, con el impulso del doctor Lluís Serra-Majem, para realzar la importancia de los productos naturales y la industria alimentaria española. Su Patronato está encabezado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Alimentos de España, la Generalitat de Cataluña, el Ayuntamiento de Barcelona, y los gobiernos de Castilla-La Mancha, Aragón y Cantabria, junto a una amplia representación de empresas e instituciones públicas y privadas, mayoritariamente de Cataluña.

Pese a sus objetivos fundacionales, en octubre de 2011, el vino fue expulsado de la “pirámide de la dieta mediterránea”, la representación gráfica de ese patrimonio cultural de la humanidad (declarado como tal por la Unesco un año antes en Nairobi, Kenia). En aquel momento, la ministra de Medio Ambiente, Desarrollo Rural y Marino, Rosa Aguilar, y el presidente de la Fundación Dieta Mediterránea, Lluis Serra, dieron a conocer la “actualización” llevada a cabo tras plegarse a las presiones ejercidas por los países musulmanes, que prohíben su consumo por razones religiosas. «Es una concepción digamos mundial, internacional”, declaró Serra, “por tanto, tenemos que hablar de países donde el consumo de bebidas alcohólicas fermentadas es habitual, y en otros donde está prohibido por la religión; por tanto, es un tema que se debe tratar con una cierta cautela». Según manifestó en aquellas fechas el presidente de la Fundación, la “pirámide” necesitaba “un ajuste según los usos”, refiriéndose, de este modo, a “los usos” de los países musulmanes. En definitiva, el “ajuste” consistió en anteponer las motivaciones estrictamente religiosas a las razones históricas y científicas.

El vino fue expulsado de la “pirámide de la dieta mediterránea” en 2011, pasando a ocupar un lugar aislado en el ángulo superior derecho de la representación gráfica oficial.

Como consecuencia de ello, el vino fue expulsado de la pirámide, donde había permanecido siempre junto a otros alimentos como el aceite o los cereales, y fue colocado fuera de la misma, en el ángulo superior derecho de su representación gráfica, con una leyenda que dice lo siguiente: “Vino con moderación y respetando las costumbres. Medida de la ración basada en la frugalidad y hábitos locales”.

Han pasado casi 11 años desde entonces, pero el vino continúa fuera de la pirámide sin que se haya aplicado ningún nuevo “ajuste” para corregir el error y la capitulación que entonces se asumió en aras del multiculturalismo y la corrección política. En la actualidad, la Fundación Dieta Mediterránea está presidida por Francisco Martínez Arroyo, consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, la mayor región vitivinícola del mundo, que, pese a sus más de 400.000 hectáreas de viñedo, ha asumido con naturalidad y sin alzar la voz que el vino no tenga cabida dentro de la pirámide de la dieta mediterránea por razones religiosas (ver representación gráfica de la  pirámide mediterránea en el enlace de la web oficial de la Fundación Dieta Mediterránea https://dietamediterranea.com/nutricion-saludable-ejercicio-fisico/).

5. El vino es un producto cancerígeno (según una nutrida representación de europarlamentarios españoles del PSOE, JxCat, ERC, Catalunya en Comú y EH Bildu)

El Parlamento Europeo rechazó el pasado mes de febrero etiquetar el vino como producto cancerígeno, corrigiendo de este modo el informe de la Comisión Especial sobre Lucha contra el Cáncer (Beca) debatido en el pleno de la Eurocámara, que pretendía que los productos alcohólicos fueran identificados como “factores de riesgo” cancerígeno sin ningún tipo de matiz. El Parlamento comunitario aprobó, finalmente, por 381 votos a favor (58%) y 276 en contra (42%) una enmienda impulsada por el PP y Vox en contra de esa consideración, lo que permitió que la nueva redacción se limitara a advertir del riesgo cuando el consumo sea «nocivo» (por excesivo) y no a criminalizar cualquier tipo de consumo, como señalaba el texto original que defendía también la Organización Mundial de la Salud.

Hay que destacar que entre los votos favorables al etiquetado del vino como producto cancerígeno se contabilizaron los de 15 de los 20 eurodiputados del PSOE, partido que gobierna en España, uno de los tres mayores productores de vino del mundo, además de los representantes de JxCat, ERC, Catalunya en Comú y EH Bildu, socios de legislatura de Pedro Sánchez.

6. El vino es nocivo y, por ello, se recomienda eliminarlo de los menús de las administraciones públicos, los centros educativos y los restaurantes. En defensa de una dieta mediterránea libre de vino

El Ministerio de Sanidad que dirige Carolina Darias recomienda eliminar el vino y la cerveza de los menús de los restaurantes de las instituciones públicas y centros educativos y, asimismo, anuncia que va a colaborar con el resto de restaurantes para promover la dieta mediterránea excluyendo expresamente el consumo de alcohol, dentro de su nueva Estrategia en Salud Cardiovascular aprobada en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.

Con el objetivo de promover la salud cardiovascular y la adopción de hábitos de vida saludable, el plan diseñado por el Ministerio aboga por «regular la presencia y contenido de alimentos y bebidas en las cafeterías y máquinas expendedoras de las instituciones de la administración pública y todos los centros educativos, públicos o privados, de forma que mayoritariamente se oferten productos saludables y bebidas libres de alcohol». También hace hincapié en que va a «colaborar con establecimientos de restauración para promover la dieta mediterránea como modelo de alimentación cardiosaludable, sin incluir en ella el consumo de alcohol» y a «regular la obligación de los restaurantes de ofrecer agua del grifo por defecto en los menús».

En este punto hay que recordar, como se ha dicho anteriormente, que el vino ya fue, de hecho, eliminado en 2011 de la pirámide de la dieta mediterránea. Ahora, el Gobierno intenta, mediante su estrategia de salud cardiovascular, eliminarlo de la dieta mediterránea por la vía de los hechos, es decir, contribuir a ir consolidando la idea de que el vino es una droga nociva para la salud que hay que desterrar de la alimentación cotidiana.

Según la información hecha pública por el Ministerio de Sanidad, “el alcohol ha sido asociado en el pasado con algunos beneficios en la salud cardiovascular, pero es insuficiente para compensar la mortalidad por el conjunto de otras causas y, por tanto, debe ser considerado un factor de riesgo».

El Gobierno y sus “expertos” han decidido que el vino ha pasado a ser un peligro para la salud, olvidando incluso la, hasta ahora, habitual recomendación de consumo moderado y responsable. Su nueva consigna, a partir de este momento, consiste en avanzar hacia la supresión del vino de la dieta mediterránea que recomienda para elaborar los menús de las administraciones públicas, los centros educativos y los restaurantes, es decir, su destierro de la vida social, empezando por el ámbito en el que puede ejercer mayor intervencionismo y control directo. En definitiva, la repetida estrategia gubernamental de desprestigiar el vino para perjudicar su consumo.

7. El vino sí debe estar presente, en cambio, en la cafetería comedor del Ministerio de Trabajo y en los Falcon que utiliza el presidente del Gobierno en sus desplazamientos dentro y fuera de España

El periódico El Debate reveló el pasado mes de marzo la ‘lista de la compra’ encargada por el Ministerio de Trabajo y Economía Social que dirige Yolanda Díaz Pérez para satisfacer las necesidades del ejército de altos cargos y funcionarios que utilizan, a precio subvencionado, el servicio de cafetería comedor del complejo del Paseo de la Castellana 63 de Madrid, que da servicio no solo al personal del propio Ministerio, sino también a las plantillas de otros cuatro ministerios del complejo: Transportes, Transición Ecológica, Sanidad y Consumo, además del personal de organismos públicos vinculados a Trabajo y de los policías y guardias civiles que prestan servicio en Nuevos Ministerios.

La lista, publicada íntegramente por El Debate, formaba parte de los pliegos del concurso público convocado por la Junta de Contratación del Ministerio de Trabajo para proveer durante un año sus despensas y cocinas, por un valor estimado de 824.395,76 euros.

De acuerdo a la información del diario digital, entre las necesidades ministeriales figuraban, por ejemplo, 4.000 botellas de vino de La Rioja, 2.250 botellas de vino blanco de Rueda, 4.800 latas de cerveza con alcohol, 260 barriles de cerveza, 200 kilos de langostinos (120 crudos y 80 cocidos), 80 kilos de almejas japónicas, 120 kilos de gambas, 1.490 kilos de merluza de clase A (bien enteras, en filetes o en lomos), 850 kilos de filetes de ternera de primera (cadera, tapa o babilla), 100 kilos de jamón curado de cebo, 4.000 palmeras de chocolate y 3.200 pepitos de crema o chocolate.

Tras la publicación de la exclusiva, el Ministerio dirigido por la vicepresidenta comunista Yolanda Díaz decidió suspender la licitación argumentando “errores en los pliegos” pero, pese a ello, previamente, ya había dejado claro que la recomendación de excluir el vino y el resto de bebidas alcohólicas de los menús para mejorar la salud cardiovascular de la ciudadanía no era una cuestión que debiera afectar a los empleados públicos de los ministerios de Trabajo, Transportes, Transición Ecológica, Sanidad y Consumo y personal asociado.

Tampoco parece que el presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez Pérez-Castejón, haya secundado la consigna que Carolina Darias pretende aplicar a los demás, a juzgar por una de las primeras decisiones que adoptó cuando se convirtió en inquilino de la Moncloa.

Según el diario El Confidencial, el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez decidió duplicar los fondos públicos destinados a la compra de vino y bebidas alcohólicas de alta graduación, ‘snacks’ y refrescos, que se ofrecen a los pasajeros vip de los cinco aviones Falcon y los dos Airbus A310 del Grupo 45 del Ejército del Aire, las aeronaves reservadas a los miembros del Ejecutivo y la Casa Real para sus desplazamientos. Hasta ese momento, el gasto en ese capítulo ascendía a 20.000 euros al año, pero el Ministerio de Defensa decidió sacar a licitación el nuevo contrato de “suministro de productos misceláneos embarcados en los sistemas de armas T.18 [Falcon] y T.22 [Airbus] del Ejército del Aire” por un importe de 40.000 euros anuales, duplicando, de ese modo, la cifra precedente.

De acuerdo a la información de El Confidencial, en el anexo del pliego de condiciones se estipulaba, por ejemplo, que “el adjudicatario debía garantizar el suministro a los pasajeros del Ala 45 de otras referencias más exclusivas, como vinos Ribera del Duero de reserva “Pago de los Capellanes o equivalente” de hasta 30 euros por botella, vino Rioja también reserva equiparable a El Puntido por hasta 27,70 euros la botella, Brandy Carlos I de 70 cl. por 24,55 euros la unidad, crema de whisky de la marca Baileys o similar por 11,15 euros, orujo de hierbas Ruavieja por 8,85 euros, ron extraviejo Brugal o parecido por 19 euros, ginebra Seagrams o Bombay Sapphire por hasta 18,90 euros, y whisky 12 años Cardhú por 23,20 euros o 12 años Chivas con un precio máximo de 23,70 euros”.

8. El vino no es recomendable, pero la marihuana es una prioridad política

Al mismo tiempo que el Ministerio de Sanidad recomienda la exclusión del vino de los menús en su nueva Estrategia en Salud Cardiovascular, el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, que dirige la podemita Ione Belarra Urteaga, ha anunciado la futura tramitación de una ley para regular el cultivo y el consumo del cannabis en España con fines terapéuticos y recreativos. «Despenalizaremos el cultivo y la tenencia de cannabis a nivel personal y colectivo”, sostenía el programa electoral de la formación de extrema izquierda, “regularemos la actividad de los clubs sociales de cannabis y estableceremos el rol del Estado en la garantía de seguridad de los consumidores y en el control de la producción, distribución y consumo de cannabis».

La legalización del cannabis que impulsa el Gobierno, pese a sus habituales disensiones internas, pretende convertir este psicotrópico en un importante sector económico, con la generación de cerca de 100.000 empleos y una facturación de miles de millones de euros que implicaría, igualmente, una importante recaudación fiscal para el Estado (entre 1.000 y 3.000 millones de euros, según los cálculos), unido a la presencia de puntos de venta en toda España y a la proliferación de campos de cultivo por todo el territorio nacional.

9. La publicidad del vino ha desaparecido prácticamente de la televisión mientras los anuncios de apuestas y juegos de azar se multiplican

Las restricciones legales a la publicidad de las bebidas alcohólicas en televisión, tanto de alta como de baja graduación, con el objetivo de intentar combatir su consumo abusivo han reducido la emisión de anuncios de bodegas hasta resultar testimoniales. Las leyes generales de la Comunicación Audiovisual y de Publicidad establecen una serie de limitaciones que, en la práctica, han hecho que la mayoría de las empresas desestimen esa posibilidad. La estrategia del Gobierno, en este sentido, es la misma que se ha visto con anterioridad. Dificultar en la mayor medida posible el normal desarrollo de la actividad empresarial para que la presencia del vino en el ámbito cotidiano sea, cada día, más excepcional.

En paralelo, y pese a las proclamas en sentido contrario, la presencia de la publicidad de apuestas y juegos de azar en televisión y en todo tipo de plataformas ha crecido exponencialmente en los últimos años. La publicidad de la Lotería de Navidad se promociona, incluso, en la Corporación de Radio y Televisión Española (ver enlace en la página web de RTVE

https://www.rtve.es/rtve/20211111/anuncio-loteria-navidad-2021/2221340.shtml). En este caso, el Gobierno no parece preocupado por la omnipresencia mediática del negocio del juego, pese a su carácter adictivo y a las graves patologías que provoca y, de hecho, el Estado es un destacado promotor de juegos de azar a través de la Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado y recauda una cifra millonaria en impuestos, según se desprende de la actividad económica reflejada en el Anuario del juego en España.

10. Al vino se le apoya… mientras se minan sus cimientos

Pese a todo lo anterior, el sector del vino sigue recibiendo determinadas ayudas del Gobierno. Sin ir más lejos, la Feria Nacional del Vino (Fenavin), celebrada el pasado mes de mayo en Ciudad Real, volvió a contar con apoyo económico de la Administración central y recibió, incluso, la controvertida visita del presidente del Gobierno, que fue recibido entre abucheos por algunos de los asistentes.

España sigue siendo un país en el que la cultura del vino y el sector vitivinícola tienen una honda tradición y en muchas comarcas del ámbito rural constituye, además, un verdadero dique de contención frente a su progresiva despoblación. La presencia de bodegas y cooperativas permite fortalecer el tejido social, generar riqueza y limitar el abandono de los pueblos. Al vino se le apoya… mientras se minan sus cimientos.

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