El investigador M. Manara, de DAL Cin Spa, publica en la revista Enólogos el artículo de divulgación empresarial “La estabilidad tartárica a ‘altas’ temperaturas».
En los últimos años, hemos presenciado un aumento significativo en los costos energéticos, lo que ha tenido un impacto en los presupuestos de las bodegas. Uno de los procesos más consumidores de energía se refiere a las prácticas para lograr la estabilidad tartárica, que implican la refrigeración de los vinos a temperaturas inferiores a cero, con un gasto considerable de tiempo, energía y, a menudo, con un impacto negativo en la calidad del producto. Pero ¿es siempre necesario refrigerar de manera tan extrema? A continuación, algunos puntos interesantes para estabilizar el tartrato de calcio y el bitartrato de potasio a «altas» temperaturas (descargar artículo completo).