El Comité Europeo de Empresas Vitivinícolas (CEEV) ha advertido, durante una reunión de alto nivel mantenida con la Comisión Europea sobre el futuro de la política vitivinícola, de que “si bien la producción de uva y vino enfrenta algunos desafíos críticos debido al aumento de los costos de producción y los impactos del cambio climático, la disminución estructural del consumo de vino a largo plazo, particularmente en los mercados tradicionales, es el núcleo de la crisis actual del sector vitivinícola de la Unión Europea (UE)”.
El consumo de vino en España se redujo un 6,5% en el período interanual contabilizado en el mes de julio de 2023, de acuerdo a la información facilitada por el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV). Asimismo, la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) ha estimado, recientemente, que el consumo mundial de vino en 2023 descendió un 2,6% respecto al año anterior, hasta situarse en 221 millones de hectolitros, si bien la caída desde 2017 habría sido del 10,5%, cuando se alcanzaron los 247 millones de hectolitros. En paralelo, desde hace unos años, se está registrando un cambio en los hábitos de consumo que coincide con la popularización de productos alternativos, como es el caso del Cannabis sativa L. en cualquiera de sus derivados y presentaciones (medicinal y/o recreativo). Una oferta que gana terreno en el mercado internacional, gracias a una legislación cada día más permisiva y favorable impulsada por un número creciente de países de dentro y fuera de la UE.
El descenso del consumo de vino se ha agravado, además, como consecuencia de la campaña de acoso contra el alcohol emprendida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el apoyo financiero, entre otros, de la Unión Europea y el seguidismo de gobiernos como el español, que defienden la política de “consumo cero” de alcohol (y, por tanto, de vino) desde la primera copa, pretendiendo imponer una supuesta “evidencia científica” que, en realidad, no existe, ya que ni los expertos de la comunidad internacional mantienen el necesario consenso al respecto ni la mayoría de los trabajos científicos avala, en absoluto, tal consideración. Muy al contrario, una de las revisiones científicas más amplias, publicadas hasta la fecha, sostiene que la mortalidad entre la población con baja ingesta de alcohol es inferior a la de la población abstemia.
Los trabajos científicos que cuestionan la propaganda oficial, ampliamente difundida con dinero público, son ocultados sistemáticamente por la Organización Mundial de la Salud y el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España para intentar evitar que la población pueda formarse una opinión propia y debidamente contrastada.
Una reforma integral
Mauricio González-Gordon, presidente de la CEEV, destacó, en el curso de la reunión mantenida con los responsables comunitarios, la urgente necesidad de acometer una reforma integral. “El sector vitivinícola de la UE”, dijo, “se enfrenta a desafíos tanto estructurales como inmediatos. Esta reunión era oportuna y esencial para un debate estratégico sobre el futuro de la política vitivinícola de la UE, y agradecemos a la Comisión que haya tomado esta iniciativa. El futuro del sector vitivinícola de la UE depende de los operadores que están comprometidos con su sostenibilidad y desarrollo, y las políticas de la UE deben centrarse en ellos y priorizar sus necesidades”.
Según fuentes de la patronal sectorial, durante el encuentro, el CEEV expuso su visión estratégica para abordar los desafíos a los que se enfrenta el sector vitivinícola y propuso soluciones clave para garantizar su sostenibilidad a largo plazo. “La CEEV”, se indica, “está convencida de que las soluciones deben centrarse en los mercados y los consumidores del vino y no sólo en el funcionamiento de la cadena de suministro del vino”. “El apoyo”, destaca, “debe apuntar a impulsar, por un lado, la competitividad de los operadores del sector vitivinícola y su capacidad de adaptarse a la demanda de los mercados y, por otro, su resiliencia al cambio climático con medidas de adaptación y mitigación”.
Prioridades políticas
Para asegurar el futuro de las empresas vitivinícolas de la UE, la CEEV propuso una serie de prioridades políticas basadas en:
- Racionalización de los planes estratégicos de la PAC: simplificar los procesos administrativos, en particular en las medidas de promoción y comunicación, para que el apoyo nacional sea más eficiente y flexible.
- Actualización de las normas de etiquetado y CMO del vino: implementar un sistema libre de lenguaje para la presentación de productos de vino respaldado por una estrategia digital sólida.
- Simplificar las normas de comercio electrónico de la UE: adaptar las políticas de venta a distancia para que el comercio electrónico sea más accesible.
- Regulación de los productos vitivinícolas desalcoholizados: Desarrollar un marco jurídico integral para la producción y etiquetado de productos vitivinícolas desalcoholizados y parcialmente desalcoholizados.
- Establecer directrices de sostenibilidad de la UE: definir principios generales para la producción y comunicación de vino sostenible.
- Mejorar el acceso al mercado: mejorar los procedimientos para impulsar las exportaciones y abordar las barreras técnicas al comercio.
“También es necesario gestionar mejor el potencial de producción para mejorar el equilibrio entre producción y demanda ”, afirmó Ignacio Sánchez Recarte, secretario general de la CEEV. “Presentamos a la Comisión y a los estados miembros nuestras recomendaciones para este equilibrio, subrayando que la cosecha en verde debería ser la única medida ‘correctora’ empleada y desaconsejando firmemente la introducción de un mecanismo generalizado de arranque. Si se asignaran fondos públicos para tales acciones, se deberían aplicar condiciones estrictas”, subrayó.