Tras tres años marcados por una intensa y persistente sequía, los viñedos del corazón del Penedès adscritos a la DO Cava, la principal zona productora, se han recuperado considerablemente con las esperadísimas lluvias de la primavera y se espera una cosecha «excelente» en cuanto a los parámetros cualitativos, según han informado fuentes de la institución.
El agua de lluvia ha mitigado una sequía que había puesto al límite la capacidad de supervivencia de algunas de las vides. Ello hace prever a los servicios técnicos del consejo regulador una vendimia de «muy buena calidad». El proceso de maduración está siendo el adecuado.
El inicio de la vendimia no será ‘tan madrugador‘
De acuerdo a las mismas fuentes, el inicio de la vendimia no será tan madrugador. «Se espera», indican, «que sea algo posterior a las fechas de los dos últimos años». Desde los servicios técnicos del consejo regulador señalan que “la vendimia es larga y todavía queda camino por recorrer”. Sin embargo, se hace notar que hay “buenas previsiones de calidad”.
La evolución meteorológica de este año, tanto por lo que se refiere a la temperatura como a las precipitaciones, hace que se espere obtener uvas con buena acidez y una composición fenólica adecuada para la elaboración de vino base cava con potencial para largas crianzas. «Esta cosecha», explican, «viene marcada por un mayo y junio frescos y con precipitaciones puntuales, y una primavera y verano donde las temperaturas se mantienen, hasta el momento, dentro de la media». Estas características climáticas han favorecido las distintas fases de evolución del viñedo, desde los estados fenológicos de floración hasta el envero, que han disfrutado de las condiciones adecuadas que hacen prever una cosecha óptima en cuanto a las características fisicoquímicas de la uva. A ello se suma que la sanidad de los viñedos es buena.
Un ‘meritorio esfuerzo‘
El presidente de la DO Cava, Javier Pagés, ha querido destacar que “los viticultores han hecho un buen trabajo, un meritorio esfuerzo, para recuperar el viñedo, con una poda respetuosa, teniendo en cuenta las necesidades de la planta tras la falta de agua y los sucesivos períodos de calor extrema”. Asimismo, indica que, globalmente, se presenta una buena campaña y remarca también la capacidad de resiliencia del cava, que ha sido capaz de superar con excelencia tanto los efectos derivados de la pandemia como de la sequía y el cambio climático. A la vez, el presidente de la DO Cava subraya la importancia de consolidar la categoría de mayor valor, la de los cavas guarda superior, procedentes de viñedos ecológicos de más de 10 años. Igualmente, Javier Pagés insiste en que “el futuro del cava reside en seguir apostando por la calidad y el valor de la marca Cava”. La calidad, en su opinión, está garantizada por los exigentes requisitos de calidad establecidos por el consejo regulador, que durante el período de vendimia refuerza el equipo con un centenar de verificadores y 10 técnicos de viñedo para garantizar el control y la trazabilidad de los requisitos de calidad y garantía de origen que proporciona la Denominación de Origen Cava.