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¿Por qué las ventas de vino español a China se han desplomado un 90 % desde 2017?

Las exportaciones de vino español a China se hunden. En 2024, el volumen se desplomó un 32,7 %, hasta los 14 millones de litros, mientras que el valor retrocedió un 21,8 %, hasta los 47,2 millones de euros. Parece increíble recordar ahora que hace tan sólo ocho años, en 2017, España llegó a comercializar en aquel mercado más de 134 millones de litros, con un crecimiento interanual del 43 %. Desde entonces, el castillo de naipes se ha desmoronado con un retroceso del 90 %. La fortaleza china permanece bien pertrechada y, actualmente, la autopista de acceso está reservada a los vinos de Chile, Australia y Francia. Los demás competidores se ven obligados a utilizar carreteras secundarias.

Hace algunos años, no tan lejanos, muchos analistas y gurús pronosticaban una luna de miel interminable con el gigante asiático. Eran días de vino y rosas, gracias, supuestamente, a un mercado inagotable y creciente de 1.400 millones de personas que, al parecer, iba a absorber gran parte del excedente vitivinícola español. Pero la realidad no ha sido así. A diferencia de lo que ocurre en España y en gran parte de Europa, la estrategia comercial del régimen de Pekín responde a intereses de Estado y, a partir de 2017, sus prioridades cambiaron.

REVISTA ENÓLOGOS – EXPORTACIÓN DE VINO – CHINA – ESPAÑA – AUSTRALIA – CHILE – FRANCIA
Infografía: OEMV.
REVISTA ENÓLOGOS – EXPORTACIÓN DE VINO – CHINA – ESPAÑA – AUSTRALIA – CHILE – FRANCIA
Infografía: OEMV.

¿Qué ocurrió para que explotara la burbuja china?

En junio de 2002, el entonces presidente Jiang Zemin propuso a Chile comenzar las negociaciones para un acuerdo comercial que, finalmente, entró en vigor en octubre de 2006. Tras dos acuerdos suplementarios en 2010 y 2014, en noviembre de 2017, ya bajo el liderazgo de Xi Jinping, ambos países aprobaron la profundización del Tratado de Libre Comercio vigente, que tuvo un efecto inmediato en 2018. Ese año, China disparó las compras de vino chileno y redujo las importaciones de vino español, que pasaron de casi 135 millones de litros a menos de 70 millones, con una pérdida del granel del 86 %. Desde entonces, la presencia del vino español en China ha caído en picado hasta mantener una presencia muy reducida.

Asimismo, en noviembre de 2014, un año y medio después de que Xi Jinping llegara al poder, China y Australia firmaron su propio Tratado de Libre Comercio, tras nueve años de negociaciones. El acuerdo preveía que, en un período de cuatro años, el 93 % de las exportaciones australianas al país asiático quedaran libres de derechos aduaneros, según informó, en su momento, el primer ministro australiano Tony Abbott. Dicho y hecho. En 2018, China incrementó notablemente las compras de vino australiano en detrimento de sus competidores europeos, con la salvedad de Francia, que goza, como en la mayoría de los mercados, de un estatus especial, ya que el prestigio de sus vinos le ha permitido, hasta el momento, mantener una posición de privilegio entre los consumidores de la gama premium.

Los aranceles del 200 % al vino australiano por el Covid-19 y la vuelta a la normalidad

No obstante, el acuerdo comercial entre China y Australia saltó por los aires en marzo de 2021, cuando Pekín decidió aplicar aranceles, de entre el 116 y el 218 %, al vino importado del país oceánico después de que el gobierno del conservador Scott Morrison solicitara una investigación internacional sobre el origen del Covid-19. Como se ve, las guerras comerciales no las ha inventado Donald Trump, por más que el presidente estadounidense parezca, en la actualidad, el alumno más aventajado.

Pero como los litigios no son eternos, en marzo de 2024, hace ahora exactamente un año, China anunció la eliminación de los aranceles de hasta más de un 200 % impuestos al vino australiano, una vez que el Ejecutivo del laborista Anthony Albanese, en el poder desde mayo de 2022, abandonó el ánimo investigador sobre el origen de la pandemia. Las relaciones bilaterales y comerciales, consecuentemente, se fueron normalizando tras años de desavenencias. El resultado fue espectacular. En 2024, la prioridad china se llamó Australia, en detrimento de Chile, Francia, Italia y, por supuesto, España. Por ello, el incremento del valor de las compras de vino australiano fue de más del 17.000 %, hasta los 538 millones de euros, y el volumen lo hizo casi un 5.000 %, hasta los 78 millones de litros.

Gran incremento de la superficie vitícola en China

Igualmente, es muy importante tener en cuenta que China ha ido incrementando su superficie vitícola en la última década hasta alcanzar las 785.000 hectáreas, lo que la ha colocado en el segundo lugar del ranking mundial, sólo por detrás de España que, pese a la pérdida paulatina de superficie, todavía mantiene el liderazgo con 961.000 hectáreas en producción. De cualquier modo, el gigante asiático ya dispone de una extensión vitícola ligeramente superior a la de Francia, a la que ha conseguido aventajar tras los arranques de viñedo aprobados en el país vecino para hacer frente al descenso de las ventas derivadas de la crisis de consumo en los mercados internacionales.

De acuerdo a datos de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), Francia contaba, en 2022, con 788.000 hectáreas de viñedo, un patrimonio único no sólo por su tamaño sino, muy especialmente, por su valor paisajístico, económico e histórico. En cualquier caso, los viticultores franceses presentaron a mediados de 2024 más de 5.400 solicitudes de ayuda para el arranque de 27.500 hectáreas de viñedo, con el fin de reducir el exceso de producción, según confirmó la entidad FranceAgriMer, dependiente del Ministerio de Agricultura. Posteriormente, a principios de octubre, la Comisión Europea dio el visto bueno a una ayuda estatal francesa de 120 millones de euros para apoyar la reestructuración del viñedo francés.

La recuperación de 2024 se centra en Australia, no en el resto de mercados

En términos generales y al margen del caso español, durante el pasado año 2024, China aumentó sus importaciones de vino un 13,7 % en volumen y un 39,6 % en valor, hasta los 283,1 millones de litros y los 1.523,7 millones de euros, respectivamente, tras caer de forma consecutiva desde 2019, pero muy lejos de los niveles de 2017 y 2018. Hay que recordar que China adquirió en 2017 un total de 751 millones de litros por valor de 2.400 millones de euros, muy por encima de las estadísticas de 2024.

En todo caso, el repunte de 2024 se explica, fundamentalmente, por el levantamiento del veto al vino australiano y nada tiene que ver con el resto de países que, salvo en los casos de Nueva Zelanda y Alemania, proveedores muy residuales, han experimentado caídas muy acusadas, empezando por Sudáfrica (-54,3 %) y continuando por España (32,7 %), Georgia (-19,5 %), Francia (-18,8 %), Chile (-15 %), Italia (-6,3 %) y Estados Unidos (-4,8 %).

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