El “no” a la planta de biometano promovida en el municipio murciano de Las Torres de Cotillas ha arrasado en la consulta popular celebrada hoy domingo, con un respaldo del 96,4 % de los votos emitidos, bajo la supervisión de observadores de la Universidad de Murcia. La consulta, de carácter vinculante, ha registrado un 37,47 % de participación, por encima del 35 % del censo requerido para dar validez al resultado. Según fuentes del PSOE y de la Plataforma Stop Biogás, citadas por el diario La Opinión de Murcia, del total de 7.255 votos emitidos, 6.996 han mostrado su rechazo el proyecto, que sólo ha sido apoyado por 238 personas. También se han registrado 10 votos en blanco y 11 nulos.
La celebración de la consulta popular en Las Torres de Cotillas sirve, al mismo tiempo, como termómetro nacional para vislumbrar el grado de indignación popular que recorre media España ante el intento de muchos ayuntamientos y gobiernos autonómicos de imponer, sin consenso social, la instalación de fábricas de tratamientos de residuos, potencialmente peligrosas, sin permitir, generalmente, que los ciudadanos puedan conocer el contenido de los proyectos, su estado de tramitación, además de decidir sobre su conveniencia o inconveniencia. Uno de los casos más llamativos es el del Ayuntamiento de Manzanares (Ciudad Real), cuyo alcalde socialista, Julián Nieva Delgado, se negó expresamente, el pasado mes de agosto, a que los vecinos pudieran votar para expresar su opinión en referendum, arguyendo una imposibilidad legal que ahora se ha visto desmentida por la vía de los hechos.
El veredicto de las urnas en la ciudad murciana pone de manifiesto el enorme rechazo social que ha suscitado el proyecto para la construcción de una macroplanta de biogás, con capacidad para gestionar 150.000 toneladas de residuos orgánicos, debido a su potencial riesgo para la salud pública y el medioambiente.
El alcalde popular del municipio, Pedro José Noguera, había asegurado, en los días previos a la cita electoral, que respetaría la decisión de sus vecinos, aunque no se alcanzase el porcentaje estipulado. Igualmente, durante el desarrollo de la jornada ha hecho hincapié en la relevancia de la convocatoria porque Las Torres de Cotillas «va a decidir un tema muy importante para su futuro». «Este Ayuntamiento», ha añadido, «ha trabajado durante muchos meses para que la gente se pueda expresar con libertad y en el marco legal adecuado».
Los vecinos de la ciudad murciana, de 22.406 habitantes (INE 2024), han tenido, de este modo, la posibilidad de participar en una consulta popular, que requirió la aprobación del Gobierno de España, para contestar, finalmente, con un «sí» o con un «no» a una única pregunta formulada: ‘¿Está usted de acuerdo con la instalación de una planta de producción de biometano y biofertilizante a partir de residuos orgánicos en Las Torres de Cotillas?’
El espejo de lo que está ocurriendo en el resto de España
La controversia en torno al biometano ha polarizado a la sociedad torreña desde hace muchos meses y ha servido de espejo para entender, también, lo que está ocurriendo en multitud de municipios de España, muchos de ellos de gran tradición vitivinícola y agropecuaria. Cientos de pueblos están hoy amenazados ante la puesta en funcionamiento, tramitación o construcción de macroplantas de biogás y biometano, subvencionadas por la Unión Europea y favorecidas por las administración local y autonómica.
Se trata, en su mayoría, de iniciativas desarrolladas con opacidad, de espaldas a la ciudadanía y hechas a la medida de las empresas promotoras, sin tener en cuenta los intereses y necesidades de las localidades y comarcas afectadas, ignorando los riesgos reales tanto para la salud de la población como para el entorno natural y sin haber sido incluidas en los programas electorales con los que los partidos políticos concurrieron a las últimas elecciones.
Por su parte, el portavoz socialista en el Ayuntamiento de la localidad murciana, Francisco Jesús López Manzanera, manifestó, antes de la celebración del referendum, que la consulta nació «forzada por la presión social» y denunció una supuesta «alineación» del alcalde con la empresa promotora.
Hace apenas unos días, el edil y otros miembros de su grupo municipal se desplazaron hasta el municipio toledano de Casasbuenas para conocer in situ los dramáticos efectos que la planta de biometano, que funciona desde el pasado mes de julio, a menos de dos kilómetros de su casco urbano, ha tenido en la vida del pueblo y de sus 220 vecinos. Los concejales socialistas pudieron constatar el desagradable olor que desprende la instalación energética, construida en la vecina localidad de Noez, y se entrevistaron con el alcalde popular Juan Antonio Camuñas y con algunos casasbueneros para recabar sus impresiones. Asimismo, fueron informados de las más de 200 quejas que han presentado en el ayuntamiento los afectados, debido al hedor «horroroso» que ha derivado en vómitos, náuseas, fiebre, dolores de cabeza y consultas médicas. El conocimiento personal de esa realidad sirvió para reforzar los argumentos de Francisco Jesús López contra el proyecto impulsado en Las Torres de Cotillas.
El alcalde de Manzanares se negó a dar la voz a los ciudadanos
Por otro lado, hay que recordar que a diferencia de lo ocurrido hoy domingo en Las Torres de Cotillas, el Ayuntamiento de Manzanares (Ciudad Real), gobernado por el alcalde y senador socialista Julián Nieva, desestimó, el pasado mes de agosto, la celebración de una consulta popular y negó a los vecinos la posibilidad de que pudieran votar, libre y democráticamente.
En el pleno extraordinario que tuvo lugar el día 29 de agosto para analizar, con carácter monográfico, el proyecto de instalación de una macroplanta de biometano en la localidad, con capacidad para el tratamiento anual de 227.000 toneladas de residuos, la portavoz del grupo municipal del PP, Rebeca Sánchez-Maroto, presentó una propuesta para la realización de una consulta popular, que el grupo socialista, con mayoría absoluta, rechazó de manera tajante, en contra del apoyo expresado por los ediles del PP y el concejal de VOX.
Mientras que el alcalde popular de la ciudad murciana aceptó el desafío para que la gente se pudiera expresar con libertad, el regidor manzanareño se opuso a esa posibilidad y trabajó activamente para lo contrario, impidiendo el derecho de los ciudadanos a decidir su futuro y utilizando, como parapeto justificativo, un informe jurídico encargado ad hoc al secretario general del Ayuntamiento.
Hoy, el ayuntamiento murciano de Las Torres de Cotillas ha dado una lección de democracia participativa al alcalde de Manzanares y ha dejado en evidencia a su secretario municipal, Joaquín Avilés Morales, así como a cientos de ayuntamientos y gobiernos regionales de toda España. Con luz y taquígrafos, sin subterfugios ni engaños. El pueblo ha hablado.
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