Las empresas del biometano han sufrido su segunda baja en la provincia de Ciudad Real en sólo seis días. La macroplanta que el fondo de inversión Azora pretendía construir en la localidad vitivinícola de Manzanares hace aguas, después de que el alcalde socialista Julián Nieva Delgado tirara la toalla el pasado viernes y anunciara que “el Ayuntamiento de Manzanares no va a tramitar ninguna planta de biometano en el término municipal”.
Pese a que Nieva había venido manteniendo, desde hace meses, contra viento y marea, que la instalación de plantas de biometano en la ciudad era “imprescindible” para atender las necesidades de las empresas del polígono industrial, la presión política de la oposición liderada por la popular Rebeca Sánchez-Maroto, junto a la movilización vecinal organizada en torno a la Plataforma Ciudadana STOP Biometano y la publicación en la revista Enólogos, durante las tres últimas semanas, de una serie de artículos y reportajes denunciando «la gran estafa del biometano» han acabado con la resistencia del primer edil y desatado una tormenta política en Castilla-La Mancha.
La renuncia del regidor y senador manzanareño, uno de los ‘pesos pesados’ del socialismo regional, deja solo al presidente Emiliano García-Page frente a la creciente rebelión ciudadana que se extiende por toda la comunidad autónoma contra el Plan de Biometanización 2024-2030. Un movimiento que amenaza con derribar decenas de gobiernos municipales y llevarse por delante, incluso, al inquilino del Palacio de Fuensalida.
En este pulso que sostiene una parte de la sociedad civil manzanareña está desempeñando, asimismo, un papel fundamental el investigador y profesor ciudadrealeño de Tecnologías del Medio Ambiente de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Máximo Florín Beltrán, que ha dado la cara en todo momento y avalado científicamente a quienes se oponen a la coalición formada por el poder político, el lobby energético y el silencio de los corderos. Igualmente, está siendo muy importante la colaboración prestada por otras plataformas antibiometano de Castilla-La Mancha, representadas, en este caso, por María Manzano, así como el papel desempeñado por el concejal de VOX en el Ayuntamiento de la localidad, José María Molina-Prados del Castillo, que está manteniendo una negativa férrea, desde los inicios, ante el intento de instalación de las macroplantas. También está siendo de gran relevancia la ayuda facilitada por la asociación Ecologistas en Acción Ciudad Real, algunos de cuyos miembros se trasladaron, incluso, a Manzanares el 29 de agosto para manifestarse en solitario frente al Ayuntamiento, coincidiendo con la celebración de un pleno extraordinario sobre el problema convocado gracias a la presión del Partido Popular. Ha tenido, de igual modo, gran significación y enorme repercusión mediática el apoyo público expresado por el líder agrario Casto García-Cervigón, presidente del Centro Independiente de Agricultores y Ganaderos (CIAG) de La Solana, que, a finales del mes de octubre, se desmarcó de la postura mayoritaria de las grandes organizaciones agrarias y de entidades como la Cooperativa Nuestro Padre Jesús del Perdón, que preside Felipe Rodríguez Callejas, y la Asociación Empresarial del Polígono de Manzanares (Aempoman), que preside Sebastián Jiménez Almarcha, y expuso, valientemente, su punto de vista sobre lo que estaba sucediendo. “Como habitantes de esta comarca”, indicaba en la información publicada en el portal digital MiCiudadReal.es, “no concebimos que nuestra salud y bienestar sea moneda de cambio para que un puñado de empresas se lucren a nuestra costa”.
Más de 100 agricultores y ganaderos de La Solana apoyan a la Plataforma Ciudadana STOP Biometano Manzanares
Los alcaldes de Membrilla y Manzanares dicen “no” al biometano
Tras la publicación en la revista Enólogos, el lunes 27 de octubre, del artículo “La gran estafa del biometano” y, el sábado 15 de noviembre, de la carta satírica “Los Reyes Magos del Biometano y el Gran Sultán Don Emiliano”, en la que se cuestionaba el papel desempeñado en la polémica por el presidente de Castilla-La Mancha y los alcaldes de Manzanares, Membrilla y Llanos del Caudillo, se han comenzado a concretar los abandonos.
El mismo día 15 de noviembre, el alcalde de Membrilla, Jorge Navas, publicó un mensaje en la red social X, en contestación al artículo publicado en la revista líder de información enológica en español, en el que afirmaba que “en Membrilla no se pueden poner este tipo de instalaciones porque sus normas subsidiarias no lo permiten y porque su alcalde no quiere”. Después de más de dos años callado y a sabiendas de que el Ayuntamiento que preside ya había otorgado a la empresa promotora Gardenia Power SL el Informe de Compatibilidad Urbanística (UCI) el día 13 de junio de 2023, Navas reconsideró su situación y decidió que era el momento de pasar página.
Cinco días después, el pasado viernes 21 de noviembre, el alcalde de Manzanares, Julián Nieva, siguió el mismo camino mediante una declaración institucional, dirigida a todos los manzanareños. «La conclusión», afirmó Nieva, «es que no va a haber plantas de biometano en el término municipal de Manzanares, el Ayuntamiento de Manzanares no las va a tramitar y ante cualquier expediente, utilizará los mecanismos jurídicos y administrativos para que, en definitiva, no se instalen».

El alcalde de Llanos del Caudillo, Andrés Arroyo, en una situación insostenible
En estos momentos, todas las miradas apuntan a Andrés Antonio Arroyo, el alcalde de Llanos del Caudillo que se encuentra en una situación insostenible. El político popular defiende la instalación de una gigantesca planta de 161.500 toneladas anuales, alimentada mayoritariamente con purines de cerdo, a 2,5 kilómetros de las casas de sus 657 vecinos. La iniciativa, promovida por ID Energy Group, a través de la empresa Pelecanus, nada tiene que ver con la economía circular de proximidad ni la sostenibilidad, considerando que el municipio apenas es capaz de generar el 5 % de los residuos que la fábrica demanda, tal y como refleja el Inventario de Residuos por Actividades de la Junta de Comunidades, al que ha tenido acceso la revista Enólogos.
Además, la instalación proyectada prevé un tránsito de 51 camiones diarios de alto tonelaje por las carreteras del término municipal, lo que representa uno por cada 12 habitantes. El alcalde Arroyo garantiza un auténtico “infierno” a sus paisanos, mayor incluso que el que ya están viviendo los habitantes de Casasbuenas (Toledo) y Balsa de Ves (Albacete), dos pequeños municipios castellanomanchegos, que soportan indefensos la acción depredadora de las empresas del biometano con la permisividad, sino complicidad, del Gobierno regional. Olores desagradables, náuseas, insomnio, vómitos, contaminación y dolores de cabeza son algunos de los síntomas que, unidos a una sensación de injusticia e impotencia, sufren los vecinos desde que los heraldos de la energía verde y respetuosa irrumpieron en sus vidas.
El papel de Paco Núñez
La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, a través de la Consejería de Desarrollo Sostenible, que dirige Mercedes Gómez Rodríguez, comunicó el pasado mes de enero que estaba tramitando la obtención de la autorización de 12 plantas de biometano en la provincia de Ciudad Real. Además de las conocidas de Manzanares, Membrilla y Llanos del Caudillo, también figuraban, en esta primera entrega, las de Valdepeñas, Argamasilla de Calatrava, Carrión, Caracuel, Torralba, Campo de Criptana y Socuéllamos. Tras el paso de los meses y la constatación de una evidente desafección ciudadana, el vicepresidente segundo de Castilla-La Mancha, José Manuel Caballero, recomendó a los ayuntamientos que no tramitaran los proyectos en aquellos lugares en los que no existiera consenso social. ¿Qué va a hacer, ahora, el Gobierno regional, dado que la ausencia de consenso social y la polarización se han instalado en todos los municipios afectados por su estrategia de biometanización?

¿Y qué va a hacer, por otra parte, el presidente regional del PP, Paco Núñez, ante actitudes como la de Andrés Antonio Arroyo en Llanos del Caudillo y el resto de municipios en los que los alcaldes de su formación defienden la instalación de plantas de biometano, es decir, exactamente lo contrario de lo que defienden los concejales populares de la oposición en los pueblos gobernados por el PSOE? ¿Va a mirar hacia otro lado, como hasta ahora, o va a actuar en defensa de los intereses de los ciudadanos y de la región que aspira a presidir?
El problema del biometano no es el qué sino el cómo
La biometanización es un proceso biológico de digestión anaerobia que transforma los residuos orgánicos agropecuarios e industriales en biogás y digestato dentro de un concepto de economía circular y desarrollo sostenible. El problema no es el qué sino el cómo. Mientras que en muchos otros países de Europa se ha optado por construir plantas de biogás de dimensiones ajustadas a la realidad socioeconómica de las comunidades que las acogen, en España y en Castilla-La Mancha se ha preferido favorecer, mayoritariamente, un planteamiento extractivo que ignora el contexto en el que se desarrolla, buscando maximizar el beneficio en detrimento de la calidad de vida de los ciudadanos. Y, precisamente, ese intento de convertir una región entera en un «territorio de sacrificio» para reciclar basura de toda España y alimentar las calefacciones del centro y el norte de Europa o, en todo caso, de lugares muy alejados de sus centros de producción, ha destapado la caja de los truenos y desatado la ira social.

La consejera de Desarrollo Sostenible, Mercedes Gómez, con el beneplácito de García-Page, pretende imponer, de manera acelerada una estrategia de biometanización regional sin transparencia, sin la adecuada dimensión, sin escuchar a la ciudadanía, sin respetar el interés general y, lo que es especialmente grave desde los puntos de vista político y legal, al dictado del lobby gasístico, de los fondos de inversión y de los cazasubvenciones, y sin someter su plan energético al veredicto de las urnas.
Una rebelión sin precedentes que ha llevado a la ‘toma de la Bastilla’ en Manzanares
Las implicaciones del ‘caso del biometano’ exceden el ámbito comarcal. Nunca, hasta ahora, en 43 años de autogobierno, se había producido una quiebra social y un clamor popular como el que se vive en estos momentos en la comunidad autónoma. Decenas de localidades se han alzado, como en una guerra de guerrillas, contra un proyecto político que pone en serio riesgo la salud pública y el medioambiente, según ha denunciado el propio jefe de Servicio de Sanidad Ambiental, Salud Laboral y Laboratorios de Castilla-La Mancha, Fernando Cebrián Gómez, en las alegaciones y sugerencias presentadas al proyecto en enero de 2025 a solicitud de la Consejería de Desarrollo Sostenible.
La particular toma de la Bastilla de la Revolución del Biometano ha tenido lugar en el municipio manzanareño, epicentro de una indignación que ya no tiene marcha atrás. Pero, ¿qué ha ocurrido en esa localidad manchega para encender la chispa de la insurrección?
La ciudad, que fue escenario el 7 de julio de 1854 del denominado Manifiesto de Manzanares, la proclama que alumbró una revolución en toda España que derribó el Gobierno del Conde de San Luis, forzó el exilio de la Reina Madre y anticipó la Constitución non nata de 1856, es cabeza de una histórica y próspera comarca agroindustrial que el plan de biometanización regional pretende convertir en un inmenso estercolero.
En un radio de apenas 10 kilómetros, los promotores, de mutuo acuerdo con los alcaldes y el gobierno autonómico, persiguen erigir el Triángulo de las Basuras, un reino de estiércol y purín con capital en Manzanares y subsedes en Membrilla y Llanos del Caudillo. Una extensión dominada por cuatro macroplantas con capacidad para gestionar, en un primer momento, más de 500.000 toneladas de residuos procedentes de todo el país, con más de 60.000 camiones anuales de alto tonelaje surcando sus carreteras, como en un Mad Max redivivo. En ese escenario de pesadilla, el principal eje viario sería la carretera CM-3107 (Manzanares-Alcázar de San Juan), que se vería afectada por el incremento de la polución y la siniestralidad y, consecuentemente, del número de muertos y heridos por accidentes de tráfico.
A la planta de 227.000 toneladas proyectada por la gestora Azora, Manzanares añadiría una segunda fábrica, promovida por Aratel (AMR 10 Energías Renovables), con capacidad para tratar, cada año, 69.000 toneladas de sustratos, lo que elevaría la capacidad conjunta hasta las 296.000 toneladas. Asimismo, la instalación de Llanos está pensada para recibir 161.500 toneladas, mientras que la de Membrilla, de Gardenia Power, establece 80.000 toneladas, lo que representa una suma total de 537.500 toneladas anuales de residuos.

Las cifras reales de la macroplanta de biometano de Manzanares
La macroplanta de biometano de Manzanares para el tratamiento anual de 227.000 toneladas de desechos que impulsa la compañía de inversión, a través de la empresa Enerth Investments y la consultora de ingeniería Eosol, y que el regidor y senador socialista consideraba “imprescindible”, hasta el pasado viernes, con el fin de poder atender las necesidades de la Cooperativa Jesús del Perdón-Bodegas Yuntero y del resto de empresas locales, no se concibió, en realidad, en su origen, para impulsar la economía circular de proximidad ni el tratamiento de las vinazas que genera la ciudad. Lo cierto es que la idea original consistía, exclusivamente, en gestionar 145.000 toneladas de estiércol vacuno, caballar y ovino, purín de cerdo, gallinaza y suero lácteo, tal y como consta en el proyecto de julio de 2024, que la gestora de inversión, con delegaciones en Madrid y Miami, había presentado por medio de la sociedad Queimada Investments (actual Enerth).

No obstante, la incongruencia entre la realidad económica de Manzanares y las pretensiones de Azora, así como la inadmisible omisión del grupo de vinazas en el primer proyecto de julio de 2024, obligaron a la promotora a ampliar el estudio de impacto en junio de 2025, para incorporar, entonces sí, los residuos derivados de la principal actividad industrial del municipio. Pero el fondo de inversión no se conformó con asignar las 29.868 toneladas de vinazas que el inventario de residuos oficial atribuye a Manzanares sino que decidió triplicar holgadamente esa cifra hasta las 105.000 toneladas para crear una de las megaplantas más sobredimensionadas de España, en una superficie de 102.215 metros cuadrados, equivalente a la extensión de 10 campos de fútbol con graderío. Como ha ocurrido desde hace más de una década con la exagerada expansión de la energía fotovoltaica en el municipio, en lo que se refiere al biometano, el equipo de gobierno parecía apostar, de nuevo, por el exceso y la desproporción como señas de identidad.

El Inventario de Residuos de Castilla-La Mancha desmiente al Ayuntamiento
El Inventario de Residuos elaborado por la Dirección General de Economía Circular de la Consejería de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha, que desglosa pormenorizadamente todos los sustratos producidos por cada uno de los municipios de la región, pone de relieve que el proyecto promovido por el fondo de inversión Azora en Manzanares multiplica los residuos que la ciudad genera cada año.
Por ello, desde el comienzo de la tramitación del proyecto, el Ayuntamiento ha ocultado la información sobre los residuos que verdaderamente produce la localidad, mientras que, por el contrario, se apresuró a emitir, en el mes de septiembre de 2024, el Informe de Compatibilidad Urbanística (ICU) a favor de la planta impulsado por la empresa. “Por último”, se indica en el estudio del pasado mes de junio, “el Proyecto ha recibido el ICU -Informe de Compatibilidad Urbanística- favorable emitido por el Ayuntamiento de Manzanares, en fecha 19 de septiembre de 2024, confirmando su adecuación y cumplimiento con la normativa local”.
Además, el fondo de inversión matiza, en la página 61 del estudio de impacto ambiental, que las materias primas recibidas no superarán «a priori” la cantidad total de 227.000 toneladas al año, lo que significa, evidentemente, que no excluye la posibilidad de superar esa cifra dependiendo de las circunstancias.
El alcalde Julián Nieva, no obstante, declaró el pasado viernes que el Ayuntamiento que preside no tramitará ninguna planta de biometano en el término municipal. Los ciudadanos esperan que ese compromiso se sustancie por escrito, de manera oficial y en sesión plenaria, para ver concluida una agria polémica que ha dividido por completo a la población.
¿Qué pasa con la planta para el reciclaje de residuos plásticos?
Pero antes de cerrar el capítulo del biometano, es necesario solucionar una nuevo escándalo que estalló en el pueblo, el pasado día 14 de noviembre, cuando elDiarioclm.es publicó la noticia de que Manzanares contará con una planta de reciclaje de residuos plásticos, en el polígono industrial, a tan solo 320 metros de las viviendas más cercanas. La fábrica, promovida por la empresa Agru Residuos SL, gestionaría 7.090 toneladas de residuos cada año y utilizaría el agua potable del municipio. Según la información del diario digital, las resoluciones que afectan a la planta de Manzanares y a otra similar localizada en Puertollano, fueron publicadas ese mismo día en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha, de acuerdo a las resoluciones dictadas por la Dirección General de Calidad Ambiental del Gobierno regional y los correspondientes informes de impacto ambiental.
La indignación, no exenta de sorpresa, se ha disparado en el seno de la oposición política y de la Plataforma STOP Biomentano Manzanares, y anticipa un pleno municipal, mañana lunes día 24, a partir de las 18:00 horas, verdaderamente caliente. Una nueva muestra, según fuentes políticas y vecinales, de la absoluta falta de transparencia con que actúa el equipo de gobierno socialista encabezado por Julián Nieva, con Pablo Camacho Fernández-Medina como escudero y portavoz municipal.
Sin la confirmación por escrito de la renuncia oficial del Ayuntamiento a las macroplantas de biometano y la inmediata paralización del proyecto de instalación de residuos plásticos ubicado, prácticamente, al lado de algunas viviendas del casco urbano, la batalla continuará como el primer día, tal y como está ocurriendo en todos y cada uno de los pueblos de Castilla-La Mancha, donde la lucha no parece que vaya a remitir hasta que el presidente Emiliano García-Page retire el Plan Regional de Biometanización impulsado por la consejera Mercedes Gómez para reevaluarlo con la necesaria objetividad, tranquilidad, adecuación y proporcionalidad.
El alcalde de Membrilla, Jorge Navas, se desmarca de las plantas de biometano y afirma que no las quiere en su pueblo
Los Reyes Magos del biometano y el Gran Sultán Don Emiliano
La gran estafa del biometano
