Con apenas 33 años, la joven enóloga Pilar Larumbe Valios tiene muy claros sus objetivos profesionales. Afirma que el entorno y las circunstancias familiares despertaron su interés por la profesión "Soy y he vivido siempre en Cariñena, zona de gran tradición vitivinícola, rodeada de bodegas y viñedos y, además, mi padre cursó estudios enológicos y trabajó muchos años en el sector", explica.
Pilar Larumbe Valios (Cariñena, 1979) trabaja en la actualidad en la bodega Grandes Vinos y Viñedos de su ciudad natal. Licenciada en Ciencias Químicas por la Universidad de Zaragoza y en Enología por la Universidad Rovira i Virgili (Tarragona) posee también un máster en Viticultura, Enología y Marketing del Vino. Desde septiembre de 2008 es técnico de laboratorio y de bodegas en Grandes Vinos y Viñedos y colabora durante la vinificación en la Cooperativa Virgen del Pilar, de Villanueva de Huerta y con la Cooperativa San José, de Aguarón. Además, con anterioridad, ha trabajado en prácticas en bodegas de Burdeos y como profesional en Bodegas Heredad de Ansón, Bodegas Prinur, Bodegas Virgen del Águila y Bodegas San Valero.
Se define como una persona "muy constante, meticulosa, perseverante y muy activa, con mucha ilusión y ganas de aprender". Entre sus aficiones destaca la lectura y reconoce que le gusta aprovechar los fines de semana para salir a tomar vinos con sus amigos y pasear por el monte.
Una enóloga reivindicativa
En el plano profesional se muestra reivindicativa cuando asegura que ser mujer y enóloga no le ha facilitado mucho las cosas en el sector en el que se mueve, aunque también afirma que siente su trabajo valorado por el bodeguero. Pilar Larumbe considera que el trabajo del enólogo es fundamental en el proceso de elaboración. "En mi caso, durante la vendimia”, comenta, “además de realizar el trabajo que hago el resto año, elaboro en una de las cooperativas pertenecientes a Grandes Vinos y Viñedos, producciones que han llegado hasta los 10 millones de kilos de uva. No imagino un buen resultado final sin el control del enólogo: analizando, catando, etc...". Pilar Larumbe forma parte del equipo técnico de su bodega y, por ello, no quiere atribuirse la autoría de ningún vino ni tiene un elaborado propio del que se sienta más orgullosa, pero si tuviera que elegir se decantaría por los vinos embotellados bajo la marca Corona de Aragón. En cuanto a la gama que prefiere, se queda con los jóvenes. Asimismo, cree que para que los vinos aragoneses continúen en su senda ascendente es imprescindible apostar por lo que les hace diferentes y únicos. “Cada zona”, sostiene, “tiene que defender las variedades que están mejor adaptadas; particularmente, creo que la garnacha es nuestra mejor seña de identidad".