Hace no mucho tiempo Cariñena, al igual que otras muchas denominaciones de origen españolas, estaba considerada como una zona de producción de vinos destinados al mercado del granel y, en ocasiones, estigmatizados por los gurús de la cultura vinícola. Sin embargo, con el paso de los años, la realidad de ésta y otras denominaciones de origen ha dado un vuelco impresionante, consiguiendo situar muchos de sus vinos en los primeros puestos del escalafón de la calidad y del reconocimiento del consumidor.
Buena parte de la culpa de este extraordinario cambio la han tenido personas como Maruja Casaus Marcellán (Uncastillo -Zaragoza- 1954) responsable de Enología desde el año 2000 de Grandes Vinos y Viñedos, empresa comercializadora de vinos con Denominación de Origen Cariñena, procedente de seis bodegas productoras asociadas. Anteriormente, había trabajado durante 21 años en Bodegas Monteviejo, también en Cariñena, en donde pasó por todos los puestos del Departamento Técnico Enológico hasta llegar a desempeñar el cargo de directora técnica y del Laboratorio de Control de Calidad.
Maruja Casaus, licenciada en Ciencias Químicas, máster en Viticultura, Enología y Marketing del Vino y enóloga por habilitación profesional, no ha tenido antecedentes familiares en el negocio del vino. Tuvo que esperar a terminar sus estudios universitarios para que decidiera encauzar su carrera en la industria agroalimentaria. "Mi ilusión entonces”, explica, “era trabajar en la industria de transformación agraria aragonesa". Afirma que su escuela fue el laboratorio de Bodegas Monteviejo. De esa época recuerda con mucho cariño a los enólogos Juan Gavaldá, Martín Araguás y Pepe Gracia, a quienes considera sus maestros.
Anayón y Corona de Aragón
Entre los vinos que ha elaborado hay dos de los que está especialmente satisfecha. Uno es el Anayón barrica. “Hace años ya nos dio grandes satisfacciones", señala. Más reciente es el Corona de Aragón garnacha cariñena 2008, que "tuvo una acogida espléndida entre los círculos especializados".
No tiene un patrón de vino preferido. “Me gustan todos los que están bien hechos, los que son capaces de sorprenderme, aunque quiero mencionar el rosado de Bodegas Uncastellum y el 8.0.1 de Bodegas San Valero", indica.
Cuando se le pregunta por la figura del enólogo en el entramado de la producción de una bodega, su respuesta es categórica. "Es como preguntarnos si una orquesta funcionaría sin director. Cada cual tocaría su instrumento, pero no producirían música, el resultado no es el mismo. Afortunadamente en las empresas donde yo he trabajado la mentalidad ha sido siempre la de considerar el Departamento Enológico como fundamental".