Cinco meses después del preacuerdo alcanzado el 2 de julio en Albacete entre las delegaciones del Colegio Oficial de Enología (COECM) y de la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha (AECM) para avanzar en el camino de la reunificación del colectivo castellanomanchego de enólogos, los máximos responsables de ambos organismos, Miguel Ruescas Lozano y Alfonso García Cámara, respectivamente, han anunciado la convocatoria de una reunión, el viernes 25 de noviembre en Tomelloso, para consensuar un acuerdo entre ambas instituciones “que permita aunar esfuerzos en la defensa de la profesión del enólogo y del sector vitivinícola”. Se trata de sellar la unidad definitiva dentro del colectivo profesional de la mayor región vitivinícola del mundo. Y, para ello, los convocantes han decidido que la reunión sea abierta a todos los profesionales del sector. El colectivo enológico de Castilla-La Mancha quiere iniciar una nueva etapa con la colaboración y respaldo de todos sus integrantes.
De la bicefalia a la unidad
Tras la ruptura traumática que se produjo en abril de 2013 entre los partidarios de la asociación y los integrantes del colegio ha llegado el momento de reconstruir el edificio enológico regional. La falta de entendimiento entre el ex presidente de la AECM, Luis Jiménez García, y el primer decano del COECM, Miguel Ruescas, trajo consigo tres años de incomunicación y distanciamiento, lo que derivó en una bicefalia institucional. Los alrededor de 350 enólogos que ejercen su profesión en Castilla-La Mancha han vivido durante todo este tiempo de espaldas, dependiendo de que su adscripción fuera colegial o asociativa. La situación cambió radicalmente cuando el valdepeñero Alfonso García Cámara resultó elegido por unanimidad, el pasado 29 de abril, nuevo presidente de la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha (AECM) en sustitución de Luis Jiménez. A partir de ese momento, el principal objetivo del máximo responsable de la AECM, consistió en mejorar las relaciones con el Colegio Oficial de Enología de Castilla-La Mancha.
Fruto de ese empeño, se produjo una primera “toma de contacto”, el 4 de junio en Villarrobledo, con la idea clara de mirar al futuro, buscar los puntos de acuerdo y conseguir encontrar una fórmula para volver a reunir a la ‘familia de enólogos’ de Castilla-La Mancha. Posteriormente, el 2 de julio se alumbró “el pacto de Albacete”, reflejado en un comunicado conjunto remitido a los medios de comunicación bajo el título “Los enólogos de Castilla-La Mancha se unen”.
“El colectivo de enólogos de Castilla-La Mancha”, decía el escrito, “representado por el Colegio de Enología de Castilla-La Mancha y la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha ha acordado la unión de ambos órganos en un futuro próximo, en una sola organización, que representaría a ambos organismos”.
Precisamente, la cita del próximo día 25 de noviembre en Tomelloso en la sede del Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal IRIAF) -antiguo Ivicam- a las 17:00 horas pretende ser el colofón a esa trayectoria conjunta, marcada por el deseo de superar las diferencias existentes. De Tomelloso debe salir la “hoja de ruta” para sellar la reunificación de los enólogos de Castilla-La Mancha, un empeño que debería hacerse realidad en el primer cuatrimestre del próximo año aprovechando, además, las elecciones que, previsiblemente, se convocarán en el seno del Colegio Oficial de Enología de Castilla-La Mancha.
La representatividad y el futuro consejo general
En este momento, es difícil determinar con exactitud el número de personas que integra el colectivo de enólogos de Castilla-La Mancha, aunque las cifras aproximadas indican que se sitúa entre 300 y 350 profesionales. De ellos, según fuentes internas, alrededor de 135 pertenecen al colegio oficial y en torno a 200, a la asociación, si bien es cierto que unos 40 comparten adscripción, a los que habría que añadir un número indeterminado que no pertenece a ninguna de las dos instituciones.
Una vez que se proceda a la unidad de acción del colectivo bajo el denominador común del Colegio Oficial de Enología de Castilla-La Mancha, se prevé acelerar la constitución del Consejo General de Colegios de Enólogos de España, de mutuo acuerdo con el Colegio de Enólogos y Enólogas de Cataluña. En esta institución estatal podrán integrarse, además, todas aquellas asociaciones territoriales que, en el futuro, decidan transformarse en colegios profesionales, aunque tampoco es descartable que, en un período transitorio, el consejo general y la Federación Española de Asociaciones de Enólogos (FEAE) -o bien, individualmente las asociaciones que lo deseen- puedan establecer algún tipo de colaboración de interés general, con el fin de reforzar la unidad del colectivo.