José Andrés Notario Nieves, enólogo de Bodegas Mocén (DO Rueda), escribe en la revista Enólogos un emocionado homenaje en memoria de Javier Lorenzo López, enólogo y ‘alma mater’ de la bodega Ángel Lorenzo Cachazo, de Pozaldez, fallecido en la madrugada del pasado lunes, a la edad de 57 años, tras sufrir un accidente laboral.
Llevamos dos días de esos que pintan feos, no sale el sol, pintan nublados, con frío. Como aquel verano del 1988 que nos comió el mildiu y como éste, el oídio. Ya sé por qué.
Ese año fueron tus primeras botellas de Martivillí, con las que mostraste tu capacidad y la de la verdejo. Pocos medios, pero buena uva. Estas uvas (el verdejo) y la comarca de Rueda han crecido en gran medida gracias a tu trabajo y al de tu familia.
Un año antes compartimos vendimias en la Enológica y allí me demostrarte que eras el más listo. Venías de vuelta de todo o casi todo lo que podía pasar en esto que se llama enología. Siempre una visión más adelantada, con más futuro.
Me vienen recuerdos de entonces, la anécdota de la bombona de sulfuroso, las barricas que bajan y suben, los orujos, las lías y los bocadillos de media barra, tú, Goyo y yo, algunos se preguntaran, si no se la he contado ya. ¿Y ahora qué hago?
Se enturbió el día como muchos vinos, sin exceso de proteínas. Tu marcha es como una parada vegetativa, un bloqueo en la maduración pero, manda polifenoles, qué final de envero más triste y que vendimias nos esperan.
No sé si llueve o llora. Se presenta un final de fermentación difícil y no hemos metido el verdejo en el lagar. Viñas, uvas, racimos, te esperan para que les digas cuando meter la tijera. Hay unas maquinas que no saben echar a andar sin tu dedo en su botón, levaduras torpes sin capacidad de fermentar.
Hay una amiga que espera que le pidas unos análisis más, un amigo en Morales de Toro, el único sitio donde trabajaste fuera de tu pueblo, para un café. Cuántas botellas por llenar, tapar, etiquetar. Cajas por cerrar.
Han quedado muchas cosas por hacer, quizás por eso este silencio en Pozaldez. A este pueblo se le conoce en muchos lugares gracias a ti, a tus botellas por el mundo, a tus vinos, a Martivillí.
Y hoy, hablando con muchos amigos tuyos, me he dado cuenta de que algunos se olvidaron de llamarte el otro día, por tu cumpleaños. Otros, rotos por el dolor, recuerdan tu visita para invitarles por tus 57. Llego a la conclusión de que no nos esperábamos nadie nada de lo que ha pasado, de que estas vendimias no las hacías.
Te abren las puertas de un lugar, un lagar, unas viñas que nos esperan a muchos de los que hacemos vinos, allí ya están algunos amigos que se fueron hace unos años.
Donde vas, donde estás, en la viña del Señor, no dejes de hacer con naturalidad lo que mejor sabías. Deben de tener mucho verdejo allí para que te haga subir tan pronto y tan rápido. Los que nos quedamos sabemos que nos ayudarás en aquellas dudas, en las que la solución nos llegue de forma divina.
Jose Andrés Notario Nieves.