Hace unos días, cae en mis manos un número "Especial Verano" del afamado diario El País, y leo una reseña titulada VINO DE ORO referida a un tinto tempranillo ‘Castillo de Benizar', de Bodegas Ayuso, de Villarrobledo (D.O. La Mancha), que acaba de ganar el Gold Winner en la Berlin Internacional Wine Competición, uno de los concursos de "caldos" mas presagiosos a nivel mundial (he entrecomillado la "palabreja" porque ahora diré algo al respecto).
Lo primero que quiero manifestar es que me alegro porque Bodegas Ayuso es una de las bodegas con una trayectoria histórica más seria y con un saber hacer que yo conozca. Nunca he tenido ni tengo relación personal ni profesional con las citadas Bodegas, pero recuerdo que cuando yo empezaba a trabajar en Alcalá de Guadaira, Ayuso tenía un buen distribuidor que reinaba con todo merecimiento en toda aquella amplia zona con su por entonces "Seis estrellas" (que, por si alguien no lo sabe por aquello de la edad, era un vino en botella de litro y que llevaban marcadas seis estrellas en el vidrio), además de su otra marca estelar, este ya en botella de tres cuartos, Estola. Repito que es una bodega a la que yo admiraba especialmente en aquellas fechas por su regularidad y que mantenía una calidad muy digna. Por tanto mi más sentidas felicitaciones a Bodegas Ayuso de Villarrobledo.
En cuanto al empleo de la palabra caldo para referirse a un vino probablemente el o la periodista responsable de la noticia mencionada al comienzo de estas líneas no ha leído lo que Omar Ibnal al Fardidm, poeta árabe, dijo a comienzos del siglo XIII en "Elogio del vino":
Es algo límpido y no es agua,
Es algo fluido y no es aire,
Es una luz sin fuego,
Y un espíritu sin cuerpo. Qué paséis un buen verano tomando un buen caldo, como podría ser un gazpacho o un salmorejo, y un buen vino como por ejemplo el citado Castillo de Benizar. Ya sé que tal vez no armonicen muy bien pero para eso está el jamón o un quesito fresco y también la imanación.