A su formación reglada en la Universidad de Valencia, en la que obtuvo el título de técnico especialista en Enología y Viticultura y completada posteriormente en la prestigiosa Universidad de Burdeos, Belén Sanz Cid (Valladolid, 1973) une una privilegiada formación práctica apadrinada por dos de los enólogos con más trascendencia en el panorama vinícola internacional, nada más y nada menos que Mariano García y Antonio Sanz. Tanto el durante muchos años enólogo de Vega Sicilia y actualmente propietario de Bodegas Mauro como el antiguo director técnico y gerente de Bodegas de Crianza Castilla-La Vieja son íntimos amigos de Luis Sanz Busto, padre de Belén y fundador de la bodega vallisoletana Dehesa de los Canónigos.
Durante los años posteriores a sus estudios de enología, Belén Sanz realizó prácticas en Vega Sicilia y Palacio de Bornos y en la Estación Enológica de Rueda, absorbiendo los consejos y recomendaciones que a diario recibía de sus dos reconocidos maestros. “No me lo pusieron fácil”, explica, “me trataron incluso, a veces, con dureza, pero se lo agradezco. Todo lo hicieron de forma desinteresada”.
Con este impresionante bagaje, Belén Sanz, se incorporó en 1998 a la bodega familiar en calidad de directora técnica, compartiendo el proyecto que puso en marcha su padre con su hermano Iván, que ejerce como gerente y responsable de viticultura.
Belén Sanz sigue a rajatabla el conocido dicho que hace años acuñó su padre: “Antes uvas que cubas”. “Cuando tengo que tomar cualquier decisión de importancia”, comenta, “siempre priorizo la uva antes que el vino. Uno de mis objetivos es conseguir que los parámetros de la uva lleguen a su máxima riqueza, respetando su personalidad”.
La enóloga de Dehesa de los Canónigos conjuga en su trabajo diario los conceptos tradición e innovación, intentado que ninguno de ellos se imponga sobre el otro. “Soy consciente”, dice, “de la importancia de la innovación en un oficio tradicional en el que busco desarrollar conceptos más complejos, mejorarlos, pero siempre dentro de la tradición que tiene Dehesa de los Canónigos, innovando en todo lo que pueda ayudar a conseguir mejores vinos”.
Uno de los aspectos que delata su apuesta por la innovación es la elaboración de un tipo de vino algo alejado de los cánones más ortodoxos de los Ribera del Duero. Se trata del “Quinta Generación”, un “vino joven con alma de grande” en el que destaca la buena capacidad de la materia prima y un amplio relieve frutal. “Siempre he hecho mucho hincapié en las virtudes de la madera”, añade, “pero no me han gustado los vinos maderizados. Tiene que estar, pero sin ocultar la fruta de la uva”. La idea de este primer vino joven de la bodega surgió de su hermano Iván. Es un vino que ha permanecido seis meses en barrica y en el que prima “la frescura, la intensidad aromática y una gran intensidad en boca”.
Belén Sanz Cid.
Predilección
Aunque para Belén todos sus vinos tienen algo especial, no duda en mostrar su predilección por el “Solideo”, especialmente el de la añada 2001. “Una añada que me marco bastante a nivel profesional”, aclara, “porque fue precisamente en ese momento y con esa elaboración cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo, de la gran responsabilidad que estaba asumiendo”. Este vino atiende a sus preferencias por elaborados con más maduración en barrica, pero que no pierdan la perspectiva de los aportes frutales.
Dehesa de los Canónigos cuenta con 60 hectáreas de viñedo en producción y, entre las variedades cultivadas, destaca la mayoritaria tempranillo, junto con algunas parcelas de cabernet-sauvignon y merlot en tintas y otra de albillo mayor en blanco. De esta última, sus cepas de más de 90 años dan unos 2.500 kilos al año. Belén justifica la elaboración de este vino por un deseo personal, compartido con su hermano. “Esas uvas”, señala, “evocan muy buenos recuerdos de nuestra infancia teniendo también una gran tradición en la Ribera del Duero. Nuestra intención ha sido sacar un vino que simbolice su pureza, buscando su autenticidad y singularidad”.
BODEGA DEHESA DE LOS CANÓNIGOS
47315 Pesquera de Duero (Valladolid)
Teléfonos: +34 983 484 001 / +34 666 500 735