El químico Alipio Lara Olivares recibió el viernes 19 de enero un merecido homenaje en Valdepeñas (Ciudad Real), con motivo de su jubilación tras más de 40 años de trayectoria profesional. Natural de la localidad manchega de Campo de Criptana, ha desarrollado gran parte de su carrera en la administración pública donde llegó a ser director del Instituto de la Vid y el Vino de Castilla-La Mancha (Ivicam) y de la Estación Enológica de Alcázar de San Juan, un puesto que volvió a ocupar a partir del mes de junio de 2017 tras la histórica reapertura del centro, cinco años después de su polémico cierre.
A partir de 1999, Alipio Lara se puso al frente del recién creado Ivicam y, en poco tiempo, lo convirtió en uno de los referentes de investigación vitivinícola más prestigiosos de España dentro de su ámbito. Previamente, durante 20 años, había trabajado en la Estación Enológica de Alcázar de San Juan, primero como jefe de laboratorio y, después, como director, en una época en la que el centro prestó una ayuda imprescindible a cientos de bodegas castellanomanchegas. Su regreso a ese mismo puesto en 2017, casi dos décadas después cuando ya vislumbraba una tranquila jubilación fue, tal vez, el último servicio que Alipio Lara prestó a la administración a la que ha dedicado su vida profesional.
En 2012, en medio de la mayor crisis económica de las últimas décadas, el Gobierno autonómico decidió cerrar la Enológica alcazareña, una institución con 85 años de historia. El escándalo fue mayúsculo y el paso del tiempo no solo no consiguió acallar las críticas sino que, en algunos ambientes sociales, avivó un sentimiento de protesta que exigió de manera recurrente la reapertura. Las elecciones autonómicas celebradas en 2015 y el consiguiente cambio de gobierno hicieron explícito ese deseo y en el verano de 2017 la Estación de Enología y Viticultura de Alcázar de San Juan volvió a abrir sus puertas. Precisamente, para intentar recuperar la credibilidad en tiempo récord se buscó a un hombre de prestigio con un currículum y una experiencia fuera de discusión, Alipio Lara Olivares.
La organización del acto
Ese brillante colofón enlaza de algún modo con la organización del acto celebrado en Valdepeñas por iniciativa de Félix Solís, presidente de una de las 10 mayores bodegas del mundo. Hoy día, Félix Solís Avantis es el gran buque insignia de la vitivinicultura castellanomanchega, una multinacional con bodegas propias en las principales denominaciones de origen españolas, filiales en tres continentes y presencia en más de 120 países, pero hace más de 40 años Bodegas Félix Solís apenas comenzaba su andadura, justo cuando Alipio Lara daba también sus primeros pasos como químico. En aquellos tiempos, para un bodeguero emprendedor y con iniciativa, poder disponer de un servicio analítico cercano, profesional y riguroso como el que Alipio Lara y su equipo de colaboradores prestaban en la Estación Enológica de Alcázar, es algo que no se olvida.
Pero más allá de ese periplo compartido, el homenaje celebrado en la bodega valdepeñera podría haber tenido lugar en cualquiera de las muchas bodegas y cooperativas que, durante décadas, han trabajado estrechamente con Alipio Lara. Félix Solís ejerció de anfitrión, pero también, en cierto sentido, de representante de todo un sector agradecido. Por eso, decidió reunir en la sede social del grupo a empresarios y amigos del homenajeado “para rendirle un más que merecido acto de reconocimiento”. Félix Solís le trasladó el “profundo agradecimiento” del mundo vitivinícola por su dedicación, ayuda y servicio durante el largo periodo que estuvo al frente tanto del Ivicam como de la llamada Enológica de Alcázar.
Alipio Lara Olivares durante su intervención, rodeado de empresarios y amigos.
“Trabajas para los demás”
Tras la introducción del bodeguero, tomó la palabra un emocionado Alipio Lara, que hizo un breve, pero sentido recorrido a lo largo de toda su trayectoria. Recordó su primer día de trabajo, recién terminada la carrera, y el consejo que le dio su padre cuando, con la bata blanca bajo el brazo, salió de su casa hacia el laboratorio oficial. “No olvides que trabajas para los demás”, una premisa que le ha acompañado durante toda su vida. En su intervención, estableció también un paralelismo entre la evolución del sector vitivinícola de Castilla-La Mancha durante los últimos 40 años y la suya propia, un período de tiempo que ha supuesto una verdadera revolución en el sector del vino.
Felix Solís le hizo entrega de una placa conmemorativa como recuerdo de un día tan especial y entrañable y, en medio de ese ambiente de emotividad y camaradería, no faltaron tampoco los compañeros que quisieron rememorar igualmente algunas anécdotas compartidas con el homenajeado, un hombre entregado a su pasión que ha dejado una brillante estela tras más de cuatro décadas de ejercicio profesional.