El presidente de la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha (AECM), Alfonso García Cámara, responsabiliza directamente al decano del Colegio Oficial de Enología de Castilla-La Mancha (COECM), Miguel Ruescas Lozano, de la ruptura de las negociaciones que ambas instituciones han mantenido desde el mes de junio de 2016 para conseguir la reunificación del colectivo profesional de los enólogos en la comunidad autónoma. “Si Miguel Ruescas hubiera querido, hoy habría una candidatura de consenso”, afirma en relación a las elecciones que mañana viernes 31 de marzo se celebrarán en Tomelloso (Ciudad Real) para renovar la junta directiva del órgano colegial. Pero, al mismo tiempo, el presidente de la AECM no rechaza definitivamente un posible acercamiento: “Pese a lo ocurrido”, mantiene, “si el decano del Colegio mueve ficha, yo estoy dispuesto a hacer de tripas, corazón, y a intentar buscar de nuevo el consenso porque la profesión no se merece este espectáculo”. Por otro lado, al margen de esta cuestión, anuncia que, con carácter inmediato, va a intentar introducir cambios en el funcionamiento de la asociación que preside. “Actualmente, los asociados pagan 60 euros anuales, de los que 45 euros se entregan a la Federación Española de Asociaciones de Enólogos y eso no puede ser”. “Por tanto”, añade, “o subimos las cuotas o nos vamos de la FEAE y funcionamos por nuestra cuenta”.
Ante la convocatoria de elecciones en el COECM, la intención de García Cámara consistía en conformar una candidatura unitaria para conseguir, de ese modo, restañar las heridas del colectivo profesional de la mayor región vitivinícola del mundo, que desde el 26 de abril de 2013 está fracturado por divergencias entre una y otra institución. Por su parte, Miguel Ruescas supeditaba esa posibilidad al trasvase previo de asociados al Colegio, algo que sólo han concretado seis personas durante los meses previos a la cita electoral. Por ello, el decano considera que no se han dado las condiciones adecuadas para la formación de una lista electoral común, mientras que García Cámara cree que ese argumento es una mera excusa que oculta, en realidad, la falta de voluntad de acuerdo. “Si él hubiera querido ir adelante”, explica, “y se hubiera preparado una candidatura conjunta, incorporando enólogos jóvenes y caras nuevas, seguro que luego la gente habría ido entrando poco a poco”. “Hay que tener en cuenta”, continúa, “que el 70 por ciento de los miembros de la asociación, unos 100 enólogos, ya están colegiados y, además, yo he intentado que los demás también se colegiasen, pero no puedo obligar a nadie y, en cambio, es razonable pensar que los que no lo han hecho hasta el momento, habrían dado el paso en el futuro, una vez que hubieran visto que somos capaces de constituir una candidatura conjunta y que caminamos con un único interés”.
¿Cuántos enólogos se pueden colegiar?
En todo caso, una vez constatadas las diferencias respecto a la configuración de una candidatura unitaria, resulta llamativo comprobar también las discrepancias que existen entre la AECM y el COEM respecto al número potencial de enólogos que en Castilla-La Mancha tendrían legalmente derecho a formar parte de Colegio Oficial de Enología, para lo que es imprescindible estar en posesión de la habilitación profesional en Enología otorgada por la administración autonómica o bien ser licenciado o graduado en esa disciplina.
Según la cuantificación realizada por el decano colegial, el colectivo de enólogos en Castilla-La Mancha con posibilidad legal de colegiarse rondaría las 180 ó 190 personas, muy lejos de las estimaciones que realiza Alfonso García Cámara, que eleva esa cifra por encima de los 300 profesionales. “El Colegio”, explica Ruescas, “está formado en estos momentos por 139 enólogos y debe haber otras 40 ó 50 personas en toda Castilla-La Mancha que reúnan los requisitos para colegiarse”.
Por el contrario, las cifras que maneja el presidente de la AECM son muy distintas. “El número de enólogos que legalmente pueden colegiarse”, sostiene, “está en torno a 300, si no más, porque la Junta de Comunidades ya habilitó hace más de 10 años a unos 240 profesionales (en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 12 del Real Decreto 595/2002) y, desde entonces, ha habido un gran número de licenciados y graduados que se han incorporado al ejercicio profesional de la enología en Castilla-La Mancha. Eso es un hecho indiscutible”.
Asociados y colegiados al corriente de cuota
¿Y cuál es el número de integrantes de cada colectivo al corriente de cuota en este momento? De acuerdo a la información facilitada a esta revista por cada una de las dos instituciones, el COECM cuenta, en la actualidad, con 139 miembros, mientras que la AECM integra a 148 asociados. Además, fuentes de la asociación subrayan que alrededor del 70 por ciento de los asociados son, al mismo tiempo, colegiados, es decir, tienen doble adscripción, lo cual dejaría el problema de la reunificación en manos de tan solo 45 asociados, un dato revelador que hace aún más difícil de entender la fractura vivida desde hace años por los enólogos castellanomanchegos. En todo caso, para disponer de una radiografía completa del número de integrantes del colectivo, habría que añadir, además, a todos los profesionales que han decidido mantenerse al margen tanto de la asociación como del colegio.
El día después y la FEAE
¿Cómo será el día después de la convocatoria electoral?”, se le pregunta al presidente de la AECM. “Pues depende del decano”, contesta sin dudar. “Si mueve ficha, estoy dispuesto a empezar de nuevo, pero si no, cada uno irá por su cuenta”.
En ese nuevo escenario, García Cámara también tiene previsto introducir cambios en el funcionamiento de la asociación. “Yo intentaré subir las cuotas”, declara, “porque, actualmente, los asociados pagan 60 euros anuales, de los que 45 euros se entregan a la Federación Española de Asociaciones de Enólogos”. “Eso no puede ser”, continúa, “porque, como cualquiera puede entender, con 2.000 euros al año no se puede funcionar y tampoco tiene sentido que la FEAE se lleve el 75% de lo que aportan los asociados de Castilla-La Mancha. Por tanto, o subimos las cuotas o nos vamos de la FEAE y funcionamos por nuestra cuenta”. Algo que en 2013 ya hizo la Asociación Enólogos de Rioja (AER) y que en 2002 anticipó la Asociación Catalana de Enólogos (ACE).